APUNTES DE GUERRA

Lecciones Mundialistas

Qatar 2022 es, ya, el más politizado y también el más evidentemente cargado de hipocresías, y dobles o triples varas para medir conductas similares

OPINIÓN

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Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Estamos ya en la segunda mitad de la Copa del Mundo, queridos lectores, y la saturación futbolística apenas comienza. Si sus seres queridos creen que los pamboleros han (o hemos) estado ausentes, no han visto nada aún, porque viene la fase más fuerte: menos partidos, pero mucho más interés y por lo tanto mayor intensidad.

Yo no soy ni experto ni conocedor, y aunque sigo cada vez menos la liga mexicana, las competencias europeas y por supuesto la Mundial siguen siendo para mí de gran atractivo. Tal vez por ello es que veo en el fútbol un reflejo de muchas otras cosas que me interesan o apasionan: la política, la geopolítica, el análisis de lo económico y, sobre todo, de lo social.

Cada loco con sus temas, y aunque no siempre es posible llevar la conversación a los que uno prefiere, sí se puede encontrar la manera de ser solamente medio nerd. O al menos eso espera uno.

Este Mundial es, ya, el más politizado y también el más evidentemente cargado de hipocresías y dobles o triples varas para medir conductas similares. A la exclusión de Rusia, de la que casi nadie ha hablado, siguió la andanada moralina en contra del país sede y de Irán. Yo siempre aplaudo y promuevo cualquier conversación que tenga que ver con mayores derechos y menor desigualdad para las mujeres y para las minorías, pero me molesta de sobremanera que se le cargue la mano convenientemente a quien es adversario geopolítico (como Irán) o a los menos alineados como Qatar, mientras se guarda cómplice silencio acerca de las condiciones en Arabia Saudita, o del retroceso de los derechos y libertades en, por ejemplo, Polonia o Estados Unidos.

¿Que no son comparables? No linealmente, claro, pero si nos vamos a erigir en los guardianes de la moral pública en el planeta, tenemos que voltear a ver a todos, no sólo a los que nos conviene o nos reditúa.

Porque estarán ustedes de acuerdo en que se requiere un grado mayor de desfachatez para que un medio estadounidense critique el maltrato a los trabajadores migrantes en Qatar sin ver la viga en el ojo propio.

Del fracaso del seleccionado mexicano se ha dicho mucho, pero no suficiente: como en cada desilusión anterior, se rompe el hilo por lo más delgado sin tocar las estructuras, que son las causantes del desastre en turno. La falta de plena competencia en el fútbol mexicano es la que tiene en retroceso a un deporte que nos obstinamos en hacer nacional, cuando es más un ejercicio de sufrimiento colectivo (en épocas mundialistas) o de somnolencia en la temporada regular.

Yo no sé si el dicho aquel de que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece” aplique también al fútbol, pero de ser así estaríamos pagando unos karmas inimaginables.

En fin, queridos lectores, ánimo, que faltan dos semanas en que cada vez tendremos menos sorpresas y más confirmaciones de que en esto, cómo en casi todo, siempre terminan ganando los mismos.

POR GABRIEL GUERRA
COLABORADOR
GGUERRA@GCYA.NET
@GABRIELGUERRAC

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