DE LEYENDA

Síndrome de abstinencia mundialista

Pasa cada cuatro años, sin falta. Incluso empieza antes de que la competición termine

OPINIÓN

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Gustavo Meouchi / De Leyenda / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Pasa cada cuatro años, sin falta. Incluso empieza antes de que la competición termine. Conforme avanza el torneo y los partidos se hacen más escasos, no podemos dejar de pensar que se acerca la culminación. Sobre todo en esos días que pasan entre las semis y la final.

Y eso que esta final de mundial fue épica y quedará grabada en nuestra memoria por muchos razones.

Por eso ahora quiero enfocarme en lo que ocurrió antes, en esas cosas que quizá se diluyan con el tiempo.

32 selecciones nacionales compitieron en el mundial. Este mundial nos confirma una tendencia general de avance técnico y táctico. Poco a poco las brechas se acortan. Por mucho que nos sorprenda, quizá el que Japón, Corea del Sur o Marruecos  hayan avanzado a lugares históricos para ellos y que Alemania, Uruguay, España o Portugal hayan sufrido tropiezos igualmente sorpresivo, no es necesariamente resultado del azar, sino de cambios en las dinámicas profesionales del futbol.

Sí, todo esto tiene que ver un poco con los grandes polos del futbol. Muchos de las selecciones exitosas tienen a sus jugadores en equipos europeos, donde el alto nivel de competición y la vanguardia técnica y tecnológica tiran hacia adelante a todos. Quizá eso meta en problemas a Italia o a Alemania, cuyas ligas locales suelen ser dominadas por un solo equipo por largos periodos de tiempo y eso les reste competitividad.

Hay mucho que pensar en estos análisis y seguramente los próximos cuatros años estarán llenos de estos debates, pero hoy quiero celebrar muchas cosas que vi y sentí:

Empiezo por Japón y su manera de jugar. Muy clásica, con orden y disciplina en la defensa, rápida y ágil en el ataque, todos sus jugadores defendían o atacaban según se necesitara, eran un equipo y lo hacían sentir al ocupar espacios en la cancha y combinarse. Si tengo que describir esta forma de jugar en una sola palabra “bonito” es lo que me vienen a la cabeza.

Brasil pudo haber decepcionado en resultados, pero su magia imperecedera no falta jamás. Solo ese juego gozoso, chispeante, de disfrute y experimentación pudo haber dado como resultado un gol como el de Richarlison ante Serbia, premiado como el mejor del torneo. Los brasileños en la cancha no tienen miedo de nada, se atreven a todo y esa actitud, que puede hasta parecer irrespetuosa o antideportiva, en algunos casos, sobre todo en sus celebraciones, define su juego y le da brillo. Quizá por eso Croacia, heredera de aquella Yugoslavia bautizada como “la Brasil europea” pudo ponerles freno, y quizá por eso perdieron en penales. Es mucho más difícil pescar el ritmo de la samba cuando tiras un penal que cuando vienen construyendo la jugada por la cancha.

Croacia también fue un equipo que no dependió de sus individualidades sino de su juego, de ese estilo propio que sabe conservar, y aunque este no les alcanzó después de ese gol tempranero que metió Argentina, hizo un torneo que la deja muy merecidamente en el tercer lugar de la competición. Caso diferente a Países Bajos que, aunque tienen un estilo que ha generado una escuela, me parece que esta ocasión no se apegaron mucho a ella, jugaron raro, por decirlo de alguna forma y quizá eso les costó la eliminación.

Francia e Inglaterra se batieron en uno de los mejores partidos del torneo. Cada uno llegó ahí prácticamente haciendo lo mínimo indispensable, dejando que la superioridad de sus estrellas y su tradición futbolística hiciera su parte. Pero al estar el uno frente al otro ambos sacaron lo mejor de sí. Quizá por eso todo se decidió en una sola jugada, ese tiro de Kane que fue una tragedia y que nos recuerda que hasta los mejores pueden dar un traspié que les pese para siempre.

Hablaré de Argentina muy poco. Fue una sorpresa para todos que cayera ante Arabia Saudita en el primer partido del mundial y su camino a la final no estuvo exenta de dificultades. Incluso nuestro Tri se las puso complicada en el primer tiempo de ese encuentro ,en la fase de grupos en la que corrimos y lo dimos todo en la cancha tratando de extender nuestro sueño. Al final, en ese partido y en los demás, Messi lo decidió todo, pero lo que creo que pasó con Argentina es que sí, lo tenían a él, pero además tenían un equipo y creo que esas veces, todas las veces que estuvieron al filo de la navaja, los prepararon para esa final que sufrieron tanto. Argentina tenía una ilusión que Francia no y quizá por eso ahora es justa campeona del mundo.

Dejé al final a Marruecos porque me parece una de las historias más bellas del mundial. Marruecos soñó y llegó hasta las semifinales. Sí, muchos de sus jugadores juegan en Europa y de hecho ni siquiera nacieron allá. Jugó de varias maneras, con una defensa feroz, pero también se arriesgó y salió a buscar los goles, sobre todo en el último partido. ¿La diferencia entre los talentos y la tradición futbolística entre Francia y Marruecos es de 2-0? Seguro es más grande y aun así me parece que con el tiempo y haciendo las cosas bien no resultará insalvable y eso llena de esperanza a todos nosotros, aficionados del mundo, que nunca hemos llegado a una final y que soñamos con que algún día sean nuestras selecciones las que levanten la copa. Ojalá.

Entre tanto la abstinencia de mundial nos seguirá un rato más, hasta que empiecen de nuevo las ligas o la liga de campeones de la UEFA. Pero en los malos momentos de resaca yo tengo estas imágenes a las que aferrarme y supongo que ustedes tendrán las propias.

POR GUSTAVO MEOUCHI
COLABORADOR
@GUS23258924

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