TRES EN RAYA

¿Salud? ¡Por favor! Ahora ni Vitacilina…

En México la esperanza de vida disminuyó de 75 a 71 años en los últimos cuatro años, mientras que en Dinamarca la esperanza de vida es de 82 años

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Una nueva fecha para la misma promesa de antes; mientras tanto, continúa la pésima atención médica de siempre. Incluso empeora. López Obrador dijo que, ahora sí, a finales de 2023 tendremos un Sistema de Salud “como el de Dinamarca”. Sólo porque lo dijo el 27 de este mes… De haberlo afirmado ayer (Día de los Santos Inocentes) hubiéramos supuesto que se trataba de una inocentada.

Y es que, para empezar, allá el gasto PÚBLICO en Salud representó 10 por ciento del PIB durante 2022; en nuestro país, para este año que termina, no se destinó ni siquiera 3 por ciento. En Dinamarca, el gobierno proporciona subvenciones a las regiones y municipios que son quienes ofrecen los servicios de salud; en nuestro país, el gobierno federal quiere manejar todos los servicios hospitalarios de todas las entidades federativas…

Para acabar pronto, en el país escandinavo no hay desabasto de medicamentos; en nuestro país eso es el “pan de todos los días”. En el sector público y ahora también en el privado… La autorización de la importación de los componentes para fabricar algunas de las medicinas en México sufre de una burocracia mortal, nunca antes vista.

En México la esperanza de vida disminuyó de 75 a 71 años en los últimos cuatro años, mientras que en Dinamarca la esperanza de vida es de 82 años, un año más que el promedio de la OCDE. A la fecha, México ocupa el deshonroso primer lugar en muertes del personal de salud en el mundo por causa de la pandemia del COVID-19. Todo el planeta sufrió la pandemia, pero México fue el país que menos cuidó a sus médicos, y podríamos decir que este “esquema” continúa. Sabemos, por ejemplo, que Pemex no le pagó el aguinaldo a sus galenos. No sólo eso, en México se registró una de las más altas tasas de “exceso de muertes” (2020 y 2021) relacionadas al virus y otras enfermedades —esto es, sin contar las muertes por causa violenta—, superando las 704 mil personas (Inegi).

En otras palabras: no se cuidó a la población en general, lo que no obstó para que López Obrador dijera la semana pasada que ninguna persona murió de COVID-19 fuera de los nosocomios. Una mentira más, y a la que podemos atestiguar muchos los que tuvimos la sentida pérdida de algún familiar o amigo que falleció en su hogar por falta de camas en los hospitales.

En México, especialmente estos últimos años, la muerte “relame su guadaña”. La cobertura de vacunación infantil ha retrocedido notablemente. Hace 10 años, 77.9 por ciento de los infantes estaban vacunados con esquema completo. En 2021, sólo 27.5 por ciento cuenta con este en su primer año de vida. Y aunque en México se presume que tenemos “mucha madre”, pareciera que la propuesta de este sexenio es “no tener madre”, pues la muerte materna se ha incrementado de 732 casos (2015) a más de mil 25 (2021). También se ha incrementado la tasa de mortalidad por cáncer de mama; de 16.5 (2011) a 21.3 por ciento (2022).

El Estado mexicano ha olvidado su responsabilidad por completo. La austeridad tan cacareada por los tocayos Andrés Manuel López O y Hugo López G se traduce en que durante este 2022 el sistema de salud dio 42.2 millones de consultas generales, contra más de 100 millones que daba en el 2014. La razón de esta disminución no es que como población estemos más sanos.

Teniendo como antecedente cuatro años de mayores y peores enfermedades, de desabasto de medicamentos, de falta de atención médica y de incremento de fallecimientos, es poco creíble que a finales de este quinto año de gobierno lleguemos a tener un sistema como el de Dinamarca.

Imposible cuando se utiliza la vacuna Abdalá como refuerzo contra el COVID-19, ante una nueva ola de contagios. Preocupante cuando el primer mandatario y el subsecretario dicen que se ha alcanzado el 71 por ciento de cobertura de vacunación contra la influenza de grupos prioritarios y culpan a la prensa de desinformación o, peor aún, de los retrocesos (los reconocidos) en materia de salud pública en el país…

Improbable cuando el desbasto de medicamentos en los estados, en promedio, fue de 25 por ciento —medicinas que se dijeron ya compradas y que no llegaron a su destino (SSa e Insabi al 26 diciembre).

Mientras López Obrador y el Dr. Jorge Alcocer, secretario de Salud, hacen promesas, lo cierto es que no tendrán ni siquiera Vitacilina para la “quemada” que se darán cuando entregue un sistema de salud igual o peor al que recibieron.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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