Las saturnalias en la antigua Roma eran las festividades que iniciaban el 17 de diciembre y concluían con el solsticio de invierno unos días después (una versión descremada de nuestro Guadalupe-Reyes). Los romanos tomaban un receso de las jornadas agrícolas de los cultivos invernales. Independientemente de las creencias que profesemos, en estas fechas celebramos la vida con la familia y amigos; es un momento de introspección y de planeación para lo que viene.
Usualmente, en el receso invernal el frenesí cesa, el tiempo se detiene, y se abre un espacio para la reflexión y el análisis. En lo personal puedo mirar el devenir con cierto optimismo. Pero el entusiasmo con el que podríamos experimentar el inicio de un nuevo ciclo se nulifica por el proceso de erosión institucional y cultural por el que atraviesa nuestro país. Esto ocurre en todos los ámbitos, pero en el que desplaza el mérito y estaciona la victimización como moneda de cambio institucional sirve para dirimir agravios y hacer efectiva la acción afirmativa. Para resolver problemas de acción colectiva pero no para arribar a equilibrios sociales de Pareto sino como la gestión de agravios acumulados.
Este tipo de iniciativas limitan las libertades individuales y fortalecen la caquistocracia obradorista que desprecia la razón y trata con absoluto desdén a la ciencia y a la academia. La progresía cancela a los que se alejan de la corrección política pero también a los que se adhieren a sistemas que promueven la idea de que -en el agregado- la meritocracia, la integridad y el respeto a las leyes y a la normatividad rinde mayores frutos.
La feligresía obradorista promueve el conformismo y emascula el debate intelectual. Este nuevo culto a la mediocridad y el destierro de la cultura del esfuerzo y la legalidad causarán un daño irreversible a generaciones de bachilleres, universitarios y jóvenes que están por incorporarse al mercado laboral. Desterrar la idea de que el privilegio de hombres blancos heterosexuales es el mal que aqueja a México y es el culpable de la desfortuna clasemediera tardará lustros o quizá décadas en disiparse.
Se ha sembrado la idea de que los whitexicans han formado un frente que oprime a desposeídos y oprimidos, incluidas ministras de la SCJN que plagiaron su tesis íntegra. Esto en aras de un bien superior: la reivindicación de los sectores populares qué han sido explotados y marginados por las élites. El problema es que se plantea como un falso dilema entre combatir la injusticia y la desigualdad o apoyar el mérito y la legalidad como vía al desarrollo, cuando no son objetivos mutuamente excluyentes, sino absolutamente compatibles. El desdén del obradorismo por la Ley y el esfuerzo es precisamente una de las causas de la corrupción y la desigualdad que ésta perpetua. En el futuro sin AMLO, que cada vez está más cerca, la tarea más relevante será crear el sistema de incentivos y castigos adecuado para que los electores y ciudadanos operemos de acuerdo con las reglas, normas y leyes. Esa va a ser la tarea más importante en el periodo de reconstrucción nacional.
POR ALEJANDRO ECHEGARAY
POLITÓLOGO
@aechegaray1