COLUMNA INVITADA

La amenaza del fantasma

El segundo es la escasez de la mano de obra que es uno de los retos principales que más se citan en los distintos países desarrollados. Ya hemos abordado aquí en distintas ocasiones el tema de la falta de choferes que sufre la industria del transporte

OPINIÓN

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José Ignacio Zaragoza Ambrosi / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Qué desafíos enfrentará la logística y el transporte a nivel mundial para el 2023? Si bien hay grandes expectativas de crecimiento para ambas, los retos no dejan de aparecer, sobre todo ante la gran ola inflacionaria que golpea al mundo y los rezagos que aún siguen teniendo las cadenas de suministro y el transporte desde inicios de la pandemia de COVID-19.

El primer reto es el fantasma de la recesión económica que amenaza la producción de muchas empresas a nivel global, que puede reducir los volúmenes de comercio. La cadena de suministro está interconectada, por lo que cuando los precios suben en un área, hay un efecto dominó en el resto de la línea. Actualmente, hay una inflación masiva en los costos de mano de obra, energía y transporte: riesgos inminentes para la cadena de suministro.

El segundo es la escasez de la mano de obra que es uno de los retos principales que más se citan en los distintos países desarrollados. Ya hemos abordado aquí en distintas ocasiones el tema de la falta de choferes que sufre la industria del transporte. En logística, la escasez de mano de obra afecta el transporte de mercancías, lo que genera demoras y clientes descontentos. Para gestionar un riesgo tan eminente, los expertos alientan a los líderes de la cadena de suministro a reevaluar su proceso de contratación, prácticas de retención, compensación y esforzarse por crear un entorno de trabajo equilibrado para todos los empleados.

El tercero es el aumento de los costos de almacenamiento. La crisis de la cadena de suministro mundial es el resultado de dos años de retrasos relacionados con la pandemia, una grave escasez de mano de obra y una infraestructura anticuada, especialmente en los EE. UU. Esto creó una obstrucción masiva en los puertos que llevó a los almacenes a su máxima capacidad y dejó a los líderes de la cadena de suministro luchando por encontrar espacio. 

Además, para muchas empresas minoristas resulta incosteable la construcción o la renta de nuevos almacenes para estar cada vez más cerca de sus clientes, por lo que deberán buscar soluciones más rentables, como el almacenamiento automatizado o la tercerización del servicio.

El cuarto es el aumento de los precios del combustible. Los costos de la gasolina aumentaron durante todo el 2022 y las predicciones apuntan a que seguirán aumentando hasta finales del 2023. Estos aumentos tarde o temprano acaban trasladándose a los consumidores que durante el siguiente año seguirán viendo aumentar los precios de los productos que consumen. 

El quinto es la transformación digital dentro de la cadena de suministro que sigue siendo una prioridad, particularmente para aquellas empresas que han tardado en responder a esta revolución. Las soluciones basadas en la nube que brindan a los administradores de la cadena de suministro acceso a datos en tiempo real, pueden aumentar el análisis de riesgo, mejorar la visibilidad y trazabilidad de las mercancías, y evitar interrupciones en la cadena de suministro.

La estandarización de los documentos de envío de carga internacional, derivada de la facilitación comercial, también agilizaría los procesos y minimizará las multas innecesarias y la detención de la carga. 

El sexto viene junto al anterior, los riesgos de ciberseguridad. La seguridad cibernética será un desafío frecuente para muchas empresas logísticas, dado el aumento preocupante de las violaciones de datos en 2022. A medida que los sistemas de carga, tarifas, aduanas y otros utilizados por la industria del transporte se vuelven más complejos y digitalizados, son cada vez más el objetivo de ciberataques de alto riesgo.

El séptimo son los cuellos de botella en el transporte marítimo que tajo consigo la crisis de contenedores. Hoy se pronostica que los cuellos de botella seguirán siendo un área de riesgo en el 2023. Un cuello de botella en el transporte se refiere a la congestión recurrente en las carreteras oceánicas en la que el tráfico retrocede debido a la congestión del volumen, lo que afecta la capacidad de los puertos. 

El octavo reto para la industria logística es la gestión de las nuevas expectativas de los clientes del comercio electrónico, como la entrega en el mismo día o el Q-commerce del que hablé en la entrega anterior. Estas expectativas ejercen una presión adicional sobre la industria que los minoristas y los transportistas intentarán resolver.

El noveno reto es la lucha contra el cambio climático. La logística verde ha tratado de responder a ello con entregas cada vez más sostenibles. Los consumidores quieren cada vez más garantías de que las empresas y transportistas están considerando su impacto ambiental. En este 2023 la industria deberá ser más ágil al adoptar importantes objetivos de sostenibilidad. 

Y el décimo tiene que ver con las tensiones geopolíticas, por lo que es necesario modelar escenarios para comprender el impacto que tendrán estas tensiones la cadena de suministro. Una posible respuesta la encontraremos en el aprovechamiento del nearshoring para crear una red de suministro más segura y con menos posibilidades de retrasos o fallas.

Sin duda podemos seguir encontrando retos que enfrentar para el 2023 que estamos por iniciar, pero a mi juicio estos son los diez más importantes a tomar en cuenta en la industria logística y el transporte. Sin dejar de mencionar también los retos que están del lado de los gobiernos, como el desarrollo de mejor infraestructura, el mejoramiento de las leyes y el aumento de la seguridad que siempre se agradecen en la competitividad comercial. 

POR JOSÉ IGNACIO ZARAGOZA A.

EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR 

@IGNAQUIZ

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