TRES EN RAYA

¿El presidente? Con las vísceras

Se requiere que el gobierno vele por la seguridad de toda la población; los periodistas, incluidos, no importando si son reconocidos a nivel nacional o solo local

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¡Claro! Le tiran a otro a matar, pero la víctima es AMLO. Que alguien le diga a López Obrador que el perjudicado del sonado intento de asesinato se llama Ciro y se apellida Gómez Leyva. Que es una falta de respeto hacia el comunicador decir desde la tribuna presidencial que pudo haberse tratado de un autoatentado (así sea intentando referirse a que se había tratado de “fuego amigo”).

López Obrador lleva año y medio opinando con las vísceras. No como un estratega o un presidente que vela por el bienestar de todos los mexicanos. ¿Empatía? ¡Qué va! Lo que a Andrés Manuel le sale siempre a la perfección es convertirse en víctima. Y en esta ocasión, la víctima dejó de ser Ciro. Y aún peor, lo que debería ser una investigación para encontrar al criminal, se ha convertido en una cacería de brujas teniendo como principal sospechoso a “alguien” que quiere lastimar a López Obrador… Hacía allá está dirigido todo el aparato de comunicación social del Estado.

Se requiere que el gobierno vele por la seguridad de toda la población; los periodistas, incluidos, no importando si son reconocidos a nivel nacional o solo local. Encontrar la fórmula para reducir los niveles de inseguridad. Recordarle a la autoridad que es la responsable de encontrar a los culpables, no de culpar a quien ha sufrido un crimen.

Hace un par de días, el periodista Federico Arreola Castillo en su columna en SDPnoticias comentó: “Evidentemente nadie creería que Ciro Gómez Leyva atentó contra sí mismo. Por ningún motivo lo haría un periodista tan serio y honesto, que jamás ha jugado al mártir de la libertad de expresión. No nació para proclamarse víctima. No lo hace ahora después de que su camioneta blindada recibió nueve balazos.” Por supuesto que tiene razón, pero yo agregaría: aquí el que nació para victimizarse es López Obrador. Solo así se entiende que haga evidente que su mayor preocupación sea que el atentado de Ciro haya sido con objeto de desestabilizar SU gobierno.

¿Por qué priorizar el que el atentado pudiera haber tenido como fin específico lastimarlo a él, cuando los que han muerto son periodistas? No se olvide, en nuestro país este año hubo más periodistas asesinados que los caídos en Ucrania. ¿Dónde está la política pública de emergencia —no la de rutina que de nada ha servido— para la protección a la prensa? Sean periodistas de “altos” o “bajos” vuelos. ¿No hay un costo para la autoridad por los periodistas que fueron asesinados y que antes solicitaron el apoyo del gobierno, pero nunca recibieron la protección pedida?

El mismo alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos recordó: “los periodistas necesitan más protección, no mayores ataques de las autoridades. Si no lo hace [López Obrador], no solo contribuye a la autocensura, sino que alienta la violencia contra los medios”.

El presidente tiende a expresarse cada día más a partir de sus vísceras. No termina de entender la responsabilidad que tiene en ello y el valor asimétrico de la posición que ocupa.

Aunque para López Obrador, la 4T y aplaudidores, la víctima ya dejó de ser el comunicador —al grado de que critican la solidaridad de los periodistas que solicitan cese el hostigamiento desde la mañanera—, procuremos no desviarnos con teorías conspiracionistas. Es preferible la actitud objetiva de Ciro Gómez Leyva, quien a la mañana siguiente del atentado contra su vida, con la voz entrecortada, dijo en su programa de radio que él no caería en la tentación de culpar a nadie porque no tenía elementos.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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