MALOS MODOS

Ciro, el Presidente y el derecho de réplica

AMLO llegó al extremo de insultar, calumniar, descalificar y estigmatizar a un periodista

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La única manera sana de empezar la conversación es recordar que el presidente no “ejerce su derecho de réplica”. Por Dios. El presidente lo que hace es usar los recursos públicos para financiarse un espacio diario en el que insulta, calumnia, descalifica o estigmatiza a los medios que le son críticos, sí, pero sobre todo a los protagonistas de los medios que le son así, críticos. ¿Lo hace cuando recibe algún dardo, cuando hay una investigación que señala a su hermano corrupto, a su hijo sospechoso de corrupción, a su candidata al Edomex sentenciada por lo mismo? Sin duda. Pero tampoco hace falta un motivo concreto. El presidente ha llegado al extremo de insultar, calumniar, descalificar y estigmatizar a un periodista, Ciro Gómez Leyva, unas pocas horas después de que sobrevivió por milagro a un intento de asesinato. No es una interpretación. Quedó para la posteridad, así: “Afortunadamente, no hubo consecuencias fatales, graves, y lo celebramos, porque … un daño a una personalidad como Ciro genera mucha inestabilidad política”, dijo. “Ya es de dominio público que nosotros tenemos diferencias con los voceros del conservadurismo, entre los que están, y lo digo con mucho respeto, Ciro y López-Dóriga y Denise Maerker, y Claudio X. González”, siguió, para terminar por asumirse otra vez como víctima, esta vez, repito, del intento de asesinato contra un tercero: no hay por qué descartar, dijo, “que grupos contrarios a nosotros, para afectarnos, hayan llevado a cabo un acto con estas características”. Antes, claro, había dicho que escuchar a Ciro, entre otros, puede provocarte un tumor cerebral. Ya entonces carecía de gracia.

Por si alguien lo ha olvidado, es el mismo presidente que ha atacado por sistema a Carlos Loret, Denise Dresser, Carmen Aristegui, Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, o que ha publicado largas listas de columnistas críticos en la Mañanera, con un obsesivo detalle en el número de columnas adversas per cápita. Por eso, y para darle más salud a la conversación, hay que evitar también afirmaciones dizque críticas tipo: “Yo preferiría que hablara de datos, y no de personas”, como si escuchar a un presidente cargar contra la ciudadanía crítica fuera un error de matiz, un cálculo errado pero en el que no hay que clavarse mucho, o como decir que sí, es discutible lo que hace, pero es que lo mueve su amor por los desposeídos.

¿Qué debemos hacer? Esto pondrá de los nervios a más de uno, pero lo que hay que hacer, sin más, es lo que se hace en las democracias, que es lo que hacen en una carta pública más de cien periodistas, intelectuales y activistas: pedirle al presidente que, cuando se trata de periodistas asesinados, ya que es incapaz de terminar con la masacre y que su sexenio rompió ya un récord, al menos se muerda la lengua. Por una vez.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09 

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