NUEVOS ENTORNOS

2022 cierra con la necesidad de nuevas formas para la concertación regional

Las consecuencias duraderas y no sólo inmediatas de los diferentes conflictos no resueltos que se han profundizado

OPINIÓN

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Guadalupe González / Nuevos Entornos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Por los acelerados cambios en su entorno y por un contexto global en constante movimiento, cierra este año en una transición para Mesoamérica que continúa dando elementos para confirmar que la región no sólo cambia de rumbo, sino que las decisiones que se adopten para sí y con otros países cambian la dirección de las políticas regionales. 

Cierto es que los signos de recuperación, esfuerzos de rehabilitación, negociación social están dando resultados altamente positivos que continuarán, en el diálogo político en el contexto interamericano más amplio, entre los diferentes actores en países como Colombia y Chile en materia de diálogo político interno. Por el otro lado, el diálogo en Venezuela ha continuado, todos procesos claves para el desarrollo regional.

Preocupan ahora los nuevos éxodos que profundizan las limitaciones al desarrollo y estabilidad regional, ahora con una nueva fuente en Perú. La actual crisis peruana no solo causa dolor, sino que se suma a las preocupaciones que ya inquietaban por la falta de estabilización de criterios, formas políticas, sociales, económicas y culturales de concertación que no facilitan contar con un territorio que depende del esfuerzo común.

Las consecuencias duraderas y no sólo inmediatas de los diferentes conflictos no resueltos que se han profundizado o desatado entre los que destaca el que se sufre en el este europeo a partir de la agresión rusa a Ucrania, continúan causando incalculables impactos. Es claro que la continuidad de estos requiere nuevas prospectivas para América Latina y El Caribe, como ha ocurrido cuando otras olas semejantes han llegado a la región.

México, impulsor de los esfuerzos humanitarios globales, de políticas internacionales de no exclusión, concluye en unos días su participación como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Brasil continúa en el Consejo durante 2023 con un nuevo gobierno que ha anunciado la vuelta y reintegración a los espacios multilaterales de su país. La región latino-caribeña comparte responsabilidad en este ámbito.

Ahora la atención local se centra en la dinámica regional. Es claro, que hay una alta expectativa regional en Mesoamérica con respecto a lo que surja de acuerdos entre los países de las reuniones bilaterales y de la trilateral X Cumbre de países de América del Norte, programada en la segunda semana del mes de enero de 2023.

México comparte muchas regionalidades con Canadá y Estados Unidos, así como presencia en el Pacífico y el Atlántico. En el aire están el avance, transformación de un sistema interamericano que requiere de una participación de estos tres países. México, es el que comparte otras con América Latina y El Caribe. La expectativa es de articulación regional.

A las generaciones actuales que se encuentran a cargo de cada estos factores claves para el desarrollo toca la responsabilidad de la concertación y la conciliación, dos palabras que requieren nuevas conceptualizaciones.

POR GUADALUPE GONZÁLEZ CHÁVEZ
@GUADALUPEGONZCH
CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA

MBL