COLUMNA INVITADA

La indiferencia puede matar

Ella estuvo dos horas sola en un baño, rodeada de gente que la conocía y que no midió la gravedad del problema

OPINIÓN

·
Diana Murrieta / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Cada día es más común escuchar y saber de nuevas formas de vulnerar a las mujeres, una de los más recurrentes en estos días y en estas fechas ha sido el uso de sustancias para drogar y provocar el descontrol de una persona sobre su cuerpo mientras están en reuniones, fiestas o sitios nocturnos y sin consentimiento de la víctima.

Este modus operandi es utilizado, en su gran mayoría, por abusadores sexuales en contra de mujeres aleatorias que pueden o no conocer, lo único necesario es estar en posibilidad de introducir dicha sustancia a su bebida o incluso, adulterar la bebida misma.

Este fin de semana tuve un acercamiento personal con una situación que involucra todo lo anterior; el primer contacto sin duda salva vidas y aunque cada caso y cada cuerpo responde de distinta manera lo vital es hablar a paramédicos para que puedan hidratar a la persona que se encuentra ante este hecho.

La noche del viernes pasado mi mejor amiga fue drogada en un restaurante en la zona de Polanco en la Ciudad de México mientras se encontraba acompañada por sus compañeros de trabajo, ella pudo pedir ayuda en sus últimos momentos de conciencia, gracias al apoyo de autoridades comprometidas y a sociedad civil ella hoy está estable, aunque no bien.

Ella estuvo dos horas sola en un baño, rodeada de gente que la conocía y que no midió la gravedad del problema, no pidieron ayuda, no le hablaron a su familia, es más, se enojaron que el evento se acabara porque el lugar cerró dado que había una mujer inconscientemente.

En este camino me he dado cuenta del machismo y de la indiferencia que existía en algunos despachos de abogados, pero el viernes lo vi en contra de alguien que quiero.

¿Qué hubiera pasado si ella no hubiera pedido ayuda por teléfono? ¿En dónde estaría? ¿Cómo es posible que en un restaurante lleno de abogados nadie pudiera defenderla o cuidarla?

Después de leer varios comentarios y escuchar a varias personas de nuestro círculo cercano, me di cuenta que ella estuvo a punto de ser parte de las estadísticas más brutales de nuestro país, que su vida corrió riesgo y que la humanidad es una virtud que no muchos tienen.

Al día de hoy, no sabemos quién fue el culpable de drogarla pero si tenemos responsables en cuanto a omisiones de cuidado, la indiferencia sí vulnera, sí daña, alimenta un país feminicida y menosprecia a las mujeres.

Hablamos de delitos pero no de prevenciones, considero que la primera forma de prevenir es que como sociedad humanicemos y no permitamos que una mujer corra un peligro moral. No es una cuestión de género, de perspectiva o de sororidad, es literalmente humanidad.

POR DIANA MURRIETA
PRESIDENTA Y FUNDADORA DE NOSOTRAS PARA ELLAS, A.C.
DIANA.MURRIETA@NOSOTRASPARAELLAS.ORG
@DIANAMURRIETAM

MBL