COLUMNA INVITADA

Jorge Ibargüengoitia

El escritor Jorge Ibargüengoitia, escribió en la revista Vuelta de marzo de 1985, “Nací en 1928 en Guanajuato, una ciudad de provincia que era entonces casi un fantasma

OPINIÓN

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Rubén Martínez Cisneros / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El escritor Jorge Ibargüengoitia, escribió en la revista Vuelta de marzo de 1985, “Nací en 1928 en Guanajuato, una ciudad de provincia que era entonces casi un fantasma. Mi padre y mi madre duraron veinte años de novios y dos de casados…cuando mi padre murió yo tenía ocho meses y no lo recuerdo. Por las fotos deduzco que de él heredé las ojeras.”

El autor de Sálvese quien pueda, Novaro 1975, falleció el 27 de noviembre de 1983, en un accidente aéreo en Madrid, España. En 1973 se casó con Joy Laville, a quien conoció en San Miguel de Allende, Guanajuato.

La pintora Laville, escribió en un artículo publicado en la revista Vuelta de marzo de 1985, “Jorge estaba trabajando en una novela que, tentativamente, iba a llamarse Isabel cantaba cuando llegó la invitación para el encuentro de escritores en Colombia. Camino a ese encuentro, ya se sabe, ocurrió el accidente…Jorge era agudo, dulce y alegre”.   

A decir del acucioso investigador Guillermo Sheridan, acerca de la obra periodística de Ibargüengoitia, señala, “Entre el mes de enero de 1969 y hasta el golpe contra Excélsior en junio de 1976…escribió seiscientos quince artículos en la página siete de ese diario, casi sin fallar…”, además redactó 30 columnas bajo el título “En primera persona” en la revista Vuelta.

Dejó sus estudios en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, para ingresar en 1951 a la Facultad de Filosofía y Letras de Mascarones donde estudia Teoría y Composición Dramática, becario del Centro Mexicano de Escritores, becario de la fundación Rockefeller, la cual recrea en su cuento La ley de Herodes, “Sarita me sacó del fango, porque antes de conocerla el porvenir de la humanidad me tenía sin cuidado…”

Entre su producción literaria escribió la obra de teatro Susana y los jóvenes, Clotilde en su casa, El atentado, de sus novelas podemos citar Los relámpagos de agosto, Maten al león, Dos crímenes, el escritor Christopher Domínguez, señala, “…hizo de su obra trágicamente truncada, un corrosivo alegato a favor del humor sarcástico y la ironía antihistórica.”, prueba de lo anterior encaja en su obra Los pasos de López, donde le da vida a la figura de Miguel Hidalgo, bajo el nombre de Periñón.

En entrevista con la periodista Margarita García Flores,  publicada en Cartas Marcadas editado por la UNAM, confiesa acerca de la novela Las muertas, Joaquín Mortiz, 1977, “Esos personajes  son parte de una sociedad; como los burdeles, que llenan una función y cuando los cierran, se produce el problema que relato, “Es posible imaginarlos: Los cuatro llevan anteojos negros, el Escalera maneja encorvado sobre el volante, a su lado está el Valiente Nicolás leyendo Islas Marías…”.

Asimismo, escribió Estas ruinas que ves, Editorial Novaro 1975, “Modestia aparte, somos la Atenas de por aquí…Los de Pedrones, -dicen en Cuevano- confunden lo grandiosos con lo grandote, en 1979 publica Dos crímenes, “…la Chamuca y yo hicimos una fiesta para celebrar nuestro quinto aniversario, no de boda, porque no estamos casado, sino de la tarde de un trece de abril en que ella “se me entregó”.

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ