Ante el incremento de casos de influenza por la temporada invernal, Hugo López-Gatell, pidió a los jóvenes no vacunarse.
Ya nada sorprende viniendo de él, pero cuando los casos se han incrementado en un 42 por ciento este año, uno esperaría, al menos, mesura de parte del subsecretario de Salud.
Más vacunas, no menos personas a vacunar. Convencer de que más gente se inmunice, no al revés.
El martes pasado solicitó a la población que, dice él, no está en riesgo de enfermedad grave, abstenerse de vacunarse.
“Las personas jóvenes saludables acuden a los puestos de vacunación contra la influenza y esto les quita la oportunidad a las personas que realmente se benefician de la vacuna contra la influenza”, dijo.
No es la primera vez que el subsecretario hace ese tipo de llamados, pues desde el inicio de la administración y de la jornada de vacunación de influenza ha reiterado que no acudan por vacunas.
López-Gatell, un desconocido hace tres años, cuando la pandemia de COVID-19 lo puso bajo el reflector, acumula un récord de yerros —que le dieron notoriedad— difícil de igualar.
Mintió aplanando la curva desde abril de 2020.
Mintió asegurando que el pico llegaría en mayo de ese mismo año.
Mintió hablando del fin de la pandemia en el Valle de México para finales de junio, también de 2020.
Mintió sobre que no se necesitarían hospitales especiales para pacientes de COVID.
Mintió señalando que el nuevo coronavirus era más leve que la influenza. Lo suyo ha sido siempre la mentira. Vaya, hasta su equipo mintió y ocultó su hospitalización durante su convalecencia en 2021.
Sus incansables errores e inentendibles ligerezas, representan una oda a la desinformación e irresponsabilidad.
El subsecretario no es confiable. Antes de la pandemia era un desconocido. Pero el trágico COVID-19 a él le sonrió. O eso cree.
Hoy que vive bajo el reflector que tanto disfruta, no parece percatarse que su fama no se acompaña de prestigio ni admiración, sino de desgracia y negligencia.
La recomendación internacional es proteger prioritariamente contra la influenza a la población menor a cinco años y a los adultos mayores de 60 años, así como a mujeres embarazadas y adultos con factores de riesgo.
México adquirió 36 millones de dosis contra la influenza, pero la población objetivo ronda los 70 millones.
Pero para el subsecretario es mejor ahorrar, haya o no vacunas, alcancen o no.
Total, para él la salud es lo de menos.
*Esta columna se toma unos días de descanso. Nos leemos en este espacio el próximo 4 de enero. ¡Felices fiestas!
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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MBL