El 31 de diciembre, concluirá la gestión de Arturo Zaldívar al frente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN); consecuentemente, el proceso de designación de su sucesor ha comenzado. Son 5 los aspirantes al cargo: Yasmín Esquivel, Alfredo Gutiérrez Ortiz-Mena, Javier Laynez Potisek, Alberto Pérez Dayán y Norma Piña Hernández.
Los saldos de la administración Zaldívar son ambivalentes, por un lado importantes proyectos fueron avalados por el Pleno como en el caso de la declaratoria de inconstitucionalidad promovida en contra del Reglamento General de Salud, por impedir el libre desarrollo de la personalidad, al criminalizar a consumidores de cannabis.
También están las acciones de inconstitucionalidad contra el Código Penal de Coahuila, que criminalizaba a las personas gestantes por decidir sobre su cuerpo. En el otro extremo, se encuentran francas decepciones como la virtual declaratoria de inconstitucionalidad de la Prisión Preventiva Oficiosa, discutida en semanas previas.
Pasando por los polémicos silencios respecto a la ampliación del periodo de permanencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública. O la tan añorada reforma al Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y al Poder Judicial de la Federación (PJF).
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Ellos son los candidatos a ser presidentes de la SCJN
Los cinco candidatos ya han presentado sendos planes de trabajo, mismos que están siendo analizados por sus congéneres en la Corte. A diferencia de la designación de los ministros de la Corte, que pasa por ternas que son examinadas por el Senado de la República, la elección de presidente de la SCJN recae precisamente en el Pleno de la misma.
Mediante voto secreto, los once ministros de la Corte habrán de elegir a quien, al tiempo que preside la SCJN, lo hace en el Consejo de la Judicatura, por los siguientes 4 años. Dado que se requiere de una mayoría absoluta, es decir, 6 de 11 votos, la elección puede no concretarse en la primera ronda de votación, baste recordar que la propia elección de Zaldívar requirió 32 rondas.
El proceso se calcula áspero y escabroso. Los perfiles de cada candidato son, por sí solos, interesantes. Pérez Dayán y Piña Hernández, poseen una trayectoria en el PJF que los pone en ventaja frente a sus pares. Históricamente, los presidentes de la Corte poseen una carrera judicial significativa, no obstante que Zaldívar fue la excepción.
Por su parte, Gutiérrez Ortiz Mena y Laynez Potisek, expertos en materia fiscal, poseen una agenda más liberal sobre las responsabilidades propias de la Corte. Finalmente, Esquivel Mossa es quien menos posibilidades advierte de ocupar el sillón de la presidencia. Su reciente designación (2019), además de su manifiesta cercanía con el presidente López Obrador, la envuelven en complejas circunstancias.
Esta época jurisprudencial ha estado caracterizada por cruciales desafíos. Nuevamente, la undécima época puede marcar un precedente al elegir a la primera presidenta de la Corte. Destaca la candidatura de la ministra Piña, de 63 años, cuya carrera judicial se remonta hacia finales de los 80.
Su plan de trabajo incluye el fortalecimiento de mecanismos anticorrupción al interior del PJF, así como un nuevo Código de Ética; además, sostiene la necesidad de volver austera la Corte, al tiempo que se regulan las responsabilidades de quienes laboran en el PFJ; robustecer la carrera judicial y el Centro de Estudios Constitucionales y la comunicación social de la SCJN.
Una cosa es clara, quien se convierta en el sucesor de Zaldívar tendrá que garantizar la independencia judicial en tiempos en que el Poder Ejecutivo ha cooptado al Poder Legislativo, y mantiene bajo constante ataque al Poder Judicial. Habrá que esperar hasta enero próximo, para contemplar el desenlace de esa contienda por la Corte.
Por: Eduardo Chícharo (Twitter @lalocur_), historiador de la UNAM, especialista en Historia política y narcotráfico en México.