COLUMNA INVITADA

Corro vuelo me acelero

Estamos cada vez más inmersos en la cultura de la inmediatez donde nuestros deseos deben ser satisfechos en instantes

OPINIÓN

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José Ignacio Zaragoza Ambrosi / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Estamos cada vez más inmersos en la cultura de la inmediatez donde nuestros deseos deben ser satisfechos en instantes. No sabemos si la tecnología nos ha orillado a esto o sólo despertó los monstruos que en nosotros dormían. Lo cierto es que cada día queremos todo más rápido, vivimos más de prisa y pocas veces nos detenemos a apreciar lo realmente importante de las cosas o de la vida misma. Y obviamente, como era de esperarse, esto comienza a pasarnos factura en temas de estrés y salud mental.

¿Hasta dónde parará esto? Seguro te sientes identificada o identificado en esto que planteo porque aplica a varios ámbitos de nuestra vida cotidiana en la que vamos corriendo aunque no sepamos el destino ni nos cuestionemos el porqué. Bueno, pues lo mismo está pasando con la logística a nivel mundial. Te platico:

El e-commerce inició dándonos diversas ventajas que las tiendas físicas no podían ofrecernos: comprar en el horario que nos convenga; ahorro de tiempo y de recursos al comprar desde donde estemos; comprar artículos de otros países que en México no se venden o que eran más costosos; contar con más información de un producto, incluso valoraciones hechas por otros compradores que nos permiten decidir mejor; y en múltiples ocasiones productos más económicos de lo que suelen costar en las tiendas físicas.

Pero llegó un momento en que esto no fue suficiente. Comprar y esperar a que llegara nuestro paquete comenzó a crearnos ansiedad (el tiempo de entrega es la parte del cumplimiento que más ansiedad genera en los clientes finales) y más cuando las empresas no cumplían con los plazos establecidos. No por nada la mayoría de las denuncias por compras en línea son causadas por el incumplimiento de las fechas de entrega o por recibir información ambigua sobre los plazos de espera.

Empresas como Amazon crearon su versión “prime” de entrega garantizada al día siguiente, que a pesar de ser la que mejor ha funcionado, no ha logrado satisfacer a los más exigentes.

Entonces “compre ahora y recíbalo en 2 horas” con Amazon Prime Now… pero si tengo que salir, ¿quién va a esperar mi paquete dos horas? Bueno, está bien, contesta la industria logística, probemos ahora con el “Quick Commerce o q-commerce”: el nuevo desafío que debe romper todos los récords de rapidez en la logística del comercio electrónico entregando entre 15 y 30 minutos después de realizar una compra.

Amazon ofrece este servicio en algunas ciudades de Estados Unidos con su AmazonFresh Pickup (donde te tiene lista la compra en 15 minutos, pero tú debes pasar a recogerla y con un costo adicional); la empresa de reparto Glovo también está apostando a ello, llevándote tu compra en esos plazos de tiempo porque sabe que este servicio no podrán ofrecerlo todas las empresas que venden a través de internet.

¿Qué retos implica para las empresas esta locura?

Que tengan uno, dos o más hubs logísticos dentro de las ciudades: para ofrecer entregas rápidas, es necesario que el producto no deba recorrer largas distancias. Imaginen esto en la Ciudad de México donde 15 minutos pueden pasar en un solo semáforo. Las empresas que están apostando a este tipo de entregas recurren a almacenes urbanos tercerizados, es decir, manejados por un operador logístico que almacena parte de su inventario y que distribuye desde el punto más cercano a donde se hizo la compra.

Otro reto es tener procesos muy eficientes: no hay tiempo que perder en la preparación del pedido que tiene que llegar antes que la pizza. Para ello se requiere tener pedidos previamente armados y empaquetados, así como automatizar la mayor parte del proceso a través de la implementación tecnológica.

Hay que olvidarse también del reparto tradicional con camiones y camionetas. Para llegar a tiempo atravesando el tráfico de las ciudades se requieren repartidores más veloces en motocicletas, bicicletas y a futuro los drones.

Los costos de este tipo de reparto son más altos, lo que deja de lado a muchos productos que por su precio no merece la pena entregarlos en 15 minutos. ¿Y qué sí lo merece?, habría que preguntarnos. El Q-commerce no es para todas las empresas ni para todos los consumidores, porque si bien el comercio electrónico ha dado oportunidad a las micro y pequeñas empresas de competir en los diferentes mercados del mundo, este tipo de logística “inteligente” y escalable que responda a tiempo a las necesidades de las personas en las que nos hemos convertido, las deja fuera del negocio y acentúa nuestra ansia de quererlo todo y quererlo ya.

POR JOSÉ IGNACIO ZARAGOZA A.
Experto en Comercio Exterior

@ignaquiz

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