TRES EN RAYA

Pocas tan delirantes como su política de aviación

El recuento de los asuntos negativos en la materia muestra que México está peor posicionado en este sector de lo que estaba hace cinco años

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Cuestión de aviones. A unos ya les dio el avión, a otros les dará varios más, y mientras tanto el avión, el presidencial, sigue sin venderse. López Obrador vuela en caballo de Hacienda (¿o será en avión?) hacia el despeñadero.

El tabasqueño tiene su propia idea de la aviación, una que hace sonreír a las aerolíneas internacionales. La misma que pone en serios —peores— aprietos a las nacionales, regocijando a los militares, trinando a los pasajeros y engañando a todos aquellos que votaron por él. La suma de sus propuestas tiene un enorme costo para México, que se incrementa con cada nueva ocurrencia cuyo despegue siempre se da desde Palacio Nacional. Y, perdonen ustedes lectores, pero hay que hacer una breve recapitulación de todas estas antes de terminar el año.

La cancelación del NAIM con los costos que seguiremos pagando, sin olvidar la oportunidad perdida de ser un verdadero HUB para todo el continente (no solo para Latinoamérica). El notorio abandono en todos los sentidos del AICM, puerta de entrada a nuestro país para miles de turistas. La pérdida de la “categoría uno” en materia aeronáutica desde mayo de 2021, y que sencillamente no se ha recuperado a pesar de que la 4T dijo que le tomaría seis meses hacerlo. Un sistema aeroportuario en el Valle de México que incluiría al Aeropuerto de Toluca que nada más no ha salido de la neblina. Los daños económicos para las aerolíneas mexicanas se miden en millones de dólares. La seguridad para los pasajeros sigue en vilo.

Sin duda esto último es lo más preocupante. La seguridad aérea, que se traduce en la vida de los pasajeros, se ha visto comprometida en más de un aspecto. Se conocen los problemas en el AIFA y en el AICM, para el cual ahora se están solicitando 19 millones de pesos adicionales a lo ya presupuestado (ojalá se usen en los sistemas de cómputo requeridos en la torre de control del Benito Juárez)…

Quien dice defender los intereses nacionales y la soberanía, propone el cabotaje en nuestro país. Esto es, que aerolíneas extranjeras realicen vuelos entre dos ciudades dentro del territorio nacional. Lo cual se traduce en generar competencia desleal para las aerolíneas nacionales y para todos quienes trabajan y dependen de ellas. Es irónico que al perder la categoría uno, nuestras aerolíneas no puedan llegar a más puertos internacionales, disminuyendo sus posibilidades de crecimiento, pero aquí se abran los cielos para las aerolíneas extranjeras.

Jugar a los avioncitos no es sinónimo de una buena política de aviación. La ocurrencia de una aerolínea de las Fuerzas Armadas que cuenta con el subsidio oficial, además del control de cuatro aeropuertos, es otra vez competencia desleal a las aerolíneas civiles y únicamente incrementa la dificultad de recuperar la categoría uno.

Todo lo anterior impacta de la peor manera a quienes López Obrador prometió apoyar y defender. Los extrabajadores de Mexicana de Aviación (ocho mil trabajadores que votaron por AMLO y que serán defraudados), así como a todos los trabajadores mexicanos (sindicalizados o no) que laboran en la industria aérea. Con la aerolínea militar y los aeropuertos operados por las secretarías de la Defensa Nacional y de la Marina, los trabajadores civiles quedarán relegados; los militares irán incrementando las plazas ocupadas por ellos. En el caso de la aerolínea comandada por las fuerzas armadas, imposible pensar que pilotos aviadores, sobrecargos de aviación, mecánicos y todo el personal que tiene que ver con la atención del avión (en tierra y en aire) sean civiles; serán efectivos militares. Menos empleos para quienes tienen una educación especializada y todo para dar las plazas a quienes no tienen esa preparación.

Finalmente, los usuarios, los pasajeros, serán también afectados. Los precios de los boletos seguirán incrementándose, lo que perjudicará en lugar de ayudar a que más mexicanos puedan volar (posiblemente ello es demasiado aspiracionista).

El recuento de los asuntos negativos en la materia muestra que México está peor posicionado en aviación de lo que estaba hace cinco años; las ocurrencias trastocadas en política de aviación, llevan al país a pique.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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