COLUMNA INVITADA

Puntos políticos, no económicos

Aumentar el salario mínimo a través de un “decretazo”, solo inhibe el acceso de la fuerza laboral al sector formal

OPINIÓN

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José Lafontaine Hamui / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Simplemente no entienden de economía. Eso lo sabemos bien a estas alturas. Cómo podría ser de otra manera si el propio Presidente considera como enemigos a quienes estudian y podrían dar buenas ideas a un gobierno que no tiene más que ambiciones políticas. Por eso recurre a la más vieja del libro; el aumento al salario, de plumazo, no de manera congruente, estudiada y educada.  Y con la mayor simpleza engaña a los mexicanos afirmando que de esa forma reducirá los índices de pobreza en el país.  Si su fantasía fuera cierta, todos los países del mundo subirían su salario mínimo y saldrían de la pobreza.  Si bien es cierto lo saben, también lo es que saben la idea vende bien políticamente, que aunque no genere puntos económicos positivos, sí les genera puntos políticos a favor.

Primero analicemos quiénes y cuántos ganan en México el salario mínimo. Con cáculos educados, sólo 13% de quienes perciben un sueldo en el país por una jornada de ocho horas ganan el salario mínimo.  Lo anterior contando que muchas empresas dan de alta trabajadores en el IMSS con el salario mínimo para no pagar el alto costo de la seguridad social.

Aumentar el salario mínimo a través de un “decretazo”,  solo inhibe el acceso de la fuerza laboral al sector formal; que los trabajadores empiecen a cotizar en el IMSS, acceder al crédito bancario, y formar parte de quienes mantienen a los que menos tienen.  Esa formalidad es la que permite la movilidad social, la contribución, el crecimiento en el empleo, el desarrollo de carreras, todas esas aspiraciones que éste gobierno detesta.

Existen estudios estadounidenses que han demostrado que el aumento al salario mínimo reduce la tasa de empleo entre quienes no tienen experiencia (especialmente jóvenes) y la mano de obra no calificada. Este análisis señala que entre más aumenta el salario mínimo, se pierde interés en contratar jóvenes sin estudios de licenciatura para apostar por ellos, formarlos, capacitarlos, para pagarles más después. Su futuro la informalidad, ya que siempre contratarán a quien tiene más experiencia y estudios por ese salario, la competencia se da con brutalidad entre la base laboral más baja y desprotegida. 

Es absurdo el siquiera debatir sobre la gran necesidad que los trabajadores puedan obtener más satisfactores y mejorar sus vidas, pero dándoles más papel dinero no es la solución; aumentar su poder adquisitivo es lo ideal, desde una perspectiva lineal y simple, es mejor que ganen lo mismo pero puedan adquirir más satisfactores; eso solo se lograría con una inflación controlada. El aumento al salario produce inflación, más dinero circulante genera mayor demanda de productos. El aumento en la demanda genera que los precios suban, la ley de la oferta y la demanda, eso se aprende en preparatoria.

La pobreza en la que vive la mayor parte del país es un insulto. Aumentar el salario mínimo sin sostenibilidad económica, al parejo de los demás factores de la producción no resuelve nada, más allá del aplauso que le urge a este gobierno que nada mas no acaba de entender de economía.

Es perverso como las políticas públicas actuales, aparentemente buscan que los mexicanos más pobres sigan siendo pobres, que sólo obtengan de la dádiva o el apoyo de los programas de clientela política, siendo pseudo extorsionados cultivando la idea consistente en si no votas por el partido que te regala dinero, lo perderás.

Le urge a México un gobierno que entienda de economía, necesitamos un gobierno responsable, un gobierno que mejore las condiciones de vida de los gobernados, no que les siga dando atole con el dedo.

POR JOSÉ LAFONTAINE HAMUI
ABOGADO
@JOSE_LAFONTAINE

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