Actualmente, se observa la consolidación de un nuevo sistema internacional, uno donde ya no sólo Estados Unidos encabeza el liderazgo, sino que pone a su lado a la República Popular de China. Esto como un contrapeso a la hegemonía occidental.
La conversión de Beijing de colonia a jugador estratégico no es únicamente por el poder que ha ganado gracias a su capacidad armamentística y tecnológica. Sino también por su capacidad diplomática. Esto le ha permitido influir en la toma de decisiones de otros a sin aludir al uso de la fuerza.
De esta manera, el gobierno chino ha tomado ventaja de diferentes estrategias para aumentar su poder suave en el sistema internacional.
Tales están presentes en esferas como cultura, entretenimiento y gastronomía. En la primera se destaca el desarrollo de institutos sobre confucianismo que fungen como herramienta para la difusión lingüística y cultural. En el año 2017 se tenían registrados 516 institutos, estos se encuentran en 142 países, incluido México.
El gobierno chino también ha incrementado su presencia en el entretenimiento a través de películas y series. De esta manera, plataformas como Netflix también son clave para la promoción del país.
Incluso, la comida es un medio de influencia gracias al establecimiento de restaurantes en Occidente que invitan a conocer más sobre la nación. Todos estos le proporcionan a China un mayor rango de influencia en la arena global sin la necesidad de emplear mecanismos agresivos.
Aunado a esto, la popularidad de China ha servido como herramienta para asegurar su presencia en regiones estratégicas. Esto le ha dado la oportunidad de firmar acuerdos regionales en materia comercial que contribuyen a su poderío económico y, con ello, capacidad armamentística.
Como prueba de esto se puede mencionar la Organización de Cooperación de Shanghái, el Tratado de Libre Comercio con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y el Acuerdo Comercial de Asia Pacífico (APTA). Aunque vale la pena señalar otro ejemplo como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) que tiene un alcance global significante al unir 15 economías de Asia Pacífico y que juntas conforman 30% del PIB mundial.
Asimismo, el acceso a distintos mercados con la ayuda del poder suave es un paso para la reconfiguración de la geopolítica.
Además, con un mayor número de firmas extranjeras en territorio chino, se observa un mejor rendimiento para estos países. Otro ejemplo es Europa, región que, aunque condena las acciones militares en conjunto entre Moscú y Beijing, así como su neutralidad en la guerra de Ucrania, su tercer socio comercial es China. Es evidente en este caso que el rango de influencia china no se debe sólo a su creciente economía, sino a la promoción de la nación al exterior.
POR ESTUDIANTE DE LA CARRERA DE RELACIONES INTERNACIONALES EN LA UNIVERSIDAD ANÁHUAC MÉXICO TWITTER: @DANIELUGOM19
DRA. DIRCEA ARROYO BUGANZA PROFESORA Y COORDINADORA EN FACULTAD DE ESTUDIOS GLOBALES, UNIVERSIDAD ANÁHUAC MÉXICO.
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