UN MONTÓN DE PLATA

Monex y la bolsa, que es política

Alguien tiene que actuar rápido, cada día cabe más la pregunta de si sería mejor cerrar la Bolsa y que las empresas decanten mejor por ser familiares

OPINIÓN

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Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El desenliste de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) de Grupo Monex, anunciado el viernes, es una noticia negativa tanto para la propia Bolsa como para la Secretaría de Hacienda, de Rogelio Ramírez de la O, y para la Comisión Bancaria y de Valores, de Jesús de la Fuente. Una emisora más que dice: es mejor estar fuera que dentro del mercado de capitales. 

Alguien tiene que actuar rápido, porque cada día cabe más la pregunta de si sería mejor cerrar la Bolsa y que las empresas que cotizan se decanten mejor por ser familiares. Si así somos, aceptémoslo. La autoridad ya se dio cuenta del problema y quiere lanzar una iniciativa para flexibilizar la Ley del Mercado de Valores, pero su avance es muy lento. 

La tarea de multiplicar el tamaño del mercado de valores por cuatro o cinco, como corresponde a la economía nacional, parece imposible. El presidente del Consejo de Administración de la BMV, Marcos Martínez, ya ha señalado que cotizar en el mercado nacional debería ser ágil y barato; no obstante, la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles ha admitido que será hasta 2023 cuando sea factible ingresar la iniciativa de cambios a la ley al Congreso. El problema es que ahora los plazos se están empalmando con otras prioridades políticas. 

La falta de liderazgo de parte del secretario Ramírez de la O parece ser un problema real en el tema. 

Ramírez de la O tendría que aparecer constantemente en foros animando a empresarios a buscar la financiación vía el mercado de capitales. Pero no lo hace, por lo que muchos empresarios piensan en la cotización como una ventana que los desnuda sin que ellos obtengan beneficios.  

México es un país sui generis. De hecho, podríamos preguntarnos cuál es el verdadero mercado de valores, y no sería tan descabellado encontrar que más bien es de naturaleza política y no financiera. 

Véase: la multiplicidad de mediciones políticas sobre el futuro de candidatos a puestos de elección popular es un proxy que refleja que es más relevante para los negocios el resultado político de los grupos que alcanzarán el poder, que el futuro financiero de las emisoras que cotizan en la Bolsa. 

El mercado de valores del país es político, no financiero. Esto parecería ilógico, pero es real, porque cada día surgen más mediciones e indicadores del desempeño relativo de los actores políticos. 

Y sobre esas métricas se proyectan ventas (si gana fulano las ventas crecerán X; pero si gana mengana, crecerán Y). En pocas palabras: es más determinante para la planificación empresarial un indicador político que cualquier otro. 

Por eso hay un sinfín de métricas sobre candidatos, ya que todo mundo está descontando el triunfo de los posibles ganadores. Mientras, a las emisoras que cotizan en la Bolsa todo mundo las ignora y ellas mismas quieren dejar de estar ahí.

POR CARLOS MOTA
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