La marcha del 27 de noviembre convocada por el presidente de México tiene más de un origen, más de un propósito, más de un significado, más de un destinatario, más de un mensaje. Si bien existe una coincidencia de cronológica con su informe de gobierno, el último acto masivo de Andrés Manuel López Obrador en el 2022 cierra también políticamente el año.
¿Y esto por qué es asunto de todes? Mucha tinta ha corrido ya sobre el tamaño de la convocatoria que logró el mayor referente del movimiento de la cuarta transformación, pero bien vale la pena dedicar algunas líneas a lo que significó políticamente hacía adentro y hacia fuera esa apabullante movilización del político con mayor respaldo social en la historia contemporánea de nuestro país y que ha tomado un papel protagónico más allá de nuestras fronteras convirtiéndose en un referente de la región de las Américas.
Iniciemos con el ejercicio hacia dentro del movimiento de la 4T. Ante la evidente ebullición de las aspiraciones para la sucesión presidencial, ningún aspirante recibió un desbordado o evidente apoyo de asistentes a la marcha, no había contingentes en torno a las llamadas “corcholatas”, la gente demostró de manera genuina que el respaldo hoy es hacia AMLO y hacia nadie más.
Durante el discurso de AMLO tampoco se dio la señal tan deseada por quienes aspiran a la candidatura, no hubo regalo de navidad sucesor. Lo que si les enseño AMLO a quienes suspiran es su músculo interno, les trazó la ruta discursiva y de acción hacia el futuro, nunca más un gobierno al margen de la gente. Finalmente, también le demostró a MORENA que el registro y el aparato burocrático es una cosa muy distinta al poder real.
Hacia fuera de la llamada 4T. Si bien el presidente fue insistente en que la marcha no era en respaldo a su reforma electoral ni en contestación a la marcha organizada por la derecha en la que “defendían al INE”, AMLO demostró “sin proponérselo” que el país requiere una reforma política integral y que la presentada por él es la de mayor respaldo popular. A quienes son los
financiadores de los partidos de derecha les dejó claro que ni con todos sus recursos económicos y mediáticos juntos son capaces de competirle en la calle.
En el momento de mayor convulsión interna y externa AMLO fijó agenda y dejó además establecido un concepto que ira poco a poco explicando, el humanismo mexicano, mensaje que hoy trasciende fronteras en el contexto de lo sucedido en Argentina y Perú, el autor de ese concepto mandó señales también de fortaleza a quienes desde fuera de nuestro país intentan desestabilizarlo.
La navidad, como un espacio para la reflexión, tiene en el mensaje del presidente un sentido distinto para el cierre del 2022 en el que les agradezco con el corazón a quienes se toman el tiempo de leer este espacio que se va de vacaciones con el propósito de contribuir en 2023 al debate de las ideas que nos ayude a tener un mejor mundo, uno más fraterno donde ser feliz sea el principal derecho de todes.