ARTICULISTA

El impacto ambiental de las ferias de arte

El mundo del arte debe reconocer la realidad urgente de la pandemia, la crisis climática, la guerra...

OPINIÓN

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Bernardo Noval / Articulista / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las ferias de arte son espacios donde convergen diversos actores del mundo del arte: artistas, curadores, galeristas, coleccionistas y compradores que forman parte de esta esfera que gira en torno a las economías artísticas. Además de reunirse en estos espacios a observar, negociar y adquirir obras de arte, se generan relaciones personales que abonarán a la gestión de próximas colaboraciones, proyectos y un sinfín de posibilidades que sólo se pueden dar cuando se reúnen en un solo lugar esta gama de personajes.

Esta clase de eventos no solamente traen beneficios a dicha esfera, sino que generan una derrama económica importante en los países y ciudades donde se llevan a cabo. Por ejemplo, Art Cologne, evento que se realiza en  Colonia, Alemania, es una de las ferias de arte más antiguas del mundo, que por más de cinco décadas ha servido como punto de reunión para los agentes más importantes del arte.

Para la ciudad de Colonia, la organización de esta feria representa una derrama económica enorme, ya que galerías y comercios son sedes de otros eventos en torno a la feria, además de que hoteles, restaurantes y demás servicios son utilizados por los millones de turistas que asisten los cuatro días del evento, al mismo tiempo de que semanas previas a realizarse se llevan a acabo una serie de actividades para preparar a la ciudad para la ocasión y dar inicio a la feria. Situaciones similares ocurren en ARCO en Madrid, en TEFAT en Países Bajos, en las tres sedes de Art Basel -Basilea, Hong Kong y Miami- y en ZONA MACO en México, solo por mencionar algunas de las más importantes.

Sin embargo, el mundo del arte, que durante mucho tiempo se pensó que era inmune, ahora tiene que reconocer las realidades urgentes de una pandemia, la crisis climática, la guerra, la escasez de energía y alimentos, la migración masiva y la inflación.
Recientemente con la apertura organizada por Art Basel de París, una feria de arte internacional para competir con Frieze London, el crítico de arte Jerry Saltz planteó un punto válido sobre la aparente inutilidad de las ferias de arte. ¿Por qué volar por todo el mundo para ver obras que ya se han visto en línea y que en muchos casos ya se han vendido? ¿Por qué observarlas durante unos segundos en una feria llena de gente, cuando obras similares del mismo artista podrían verse más cómodamente en la galería del galerista que lo representa?

Para la mayoría de los dealers de arte, las ferias se han convertido en una parte insustituible del sistema. En 2019, el último año “normal” del mundo del arte para el que se dispone de datos completos, los eventos presenciales en el extranjero representaron alrededor de 30 por ciento de todas las ventas realizadas por las galerías, según el Informe de mercado de arte más reciente de Art Basel y UBS. No obstante, la industria de las ferias de arte también está contribuyendo al daño al medio ambiente, con la huella de carbono de los visitantes, expositores y el transporte de todas las obras a la feria.

No se puede negar que este tipo de eventos forman parte del crecimiento económico, son plataformas para consolidar a los artistas, establecen redes, enlaces y son gestoras de un mercado en ascenso, pero en algún momento deberán de tomar en cuenta medidas necesarias y reducir la huella del carbono para seguir garantizando su supervivencia.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL Y @MUSTWANTEDG

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