PUNTO DE VISTA

Selección Mexicana: el gol que nos mató y la crónica anunciada de un fracaso que no cambiará nada

Si creemos que la eliminación de Qatar 2022 transformará a los dueños del balón de sedientos vampiros chupadólares en mecenas de la cultura deportiva estamos muy equivocados

OPINIÓN

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La selección mexicana quedó eliminada de Qatar 2022.Créditos: Cuartoscuro

Son muchas las voces que anhelaban desde hace tiempo un fracaso rotundo de la selección mexicana, uno que cimbrara los cimientos del deporte - negocio - e hiciera que el hada de los sueños descendiera por la noche para convencer a los dueños del balón de renunciar a sus millones de dólares de ganancias en pro de un fútbol de excelencia.

El descalabro llegó. México quedó eliminado de la Copa del Mundo en la primera ronda por primera vez desde 1978, pero el hada que transformaría a los directivos mexicanos de sedientos vampiros chupadólares en mecenas de la cultura deportiva, no.

Y es que la selección mexicana ha coqueteado con el desastre durante años. Amparada por la corta memoria de la afición y un periodismo deportivo de ínfima calidad, esa institución ha logrado mantenerse impávida a pesar de las constantes desilusiones y la evidente incompetencia para trabar en procesos deportivos serios y de largo plazo.

Hace 9 años un gol de último minuto de Estados Unidos - sí, Estados Unidos - evitó que México quedara fuera del Mundial Brasil 2014. Graham Zusi logró el empate ante Canadá y le dio vida a una selección mexicana que a pesar de perder en Costa Rica pudo obtener medio boleto para pelear el repechaje en Nueva Zelanda. Caer en la eliminatoria de la Concacaf habría sido un fracaso exponencial comparado con la decepción del miércoles, sin embargo, no habría sido un sismo de suficiente magnitud para derrumbar las sólidas columnas sobre las que está construida la industria del fútbol mexicano.

¿Y quién le diría adiós a una empresa rentable que reparte utilidades en múltiples formatos? Nadie. 

La particularidad en la Federación Mexicana de Fútbol y la Liga MX estriba en que las decisiones finales las toman EMPRESARIOS o sus empleados, no comisionados deportivos. Ningún ejecutivo podría mantenerse en su puesto si no entrega a su jefe estados financieros saludables con ingresos sólidos, crecientes y boyantes. Por si fuera poco, estos jerarcas son proclives a exigir dinerito constante, sonante y expedito, no gozan de la virtud de la paciencia, aunque la excelencia deportiva sí entrega retorno de inversión, sólo basta con mirar a los estadounidenses, que si bien conviven con otra economía, han convertido a su fútbol en un producto rentable, con estadios llenos en la liga y una selección con proyección a futuro.

Así, estamos ante la crónica de un fracaso anunciado que no cambiará nada. El fútbol en México es una industria, una industria cruel que malabarea dólares en una mano y los sentimientos de millones de aficionados en la otra.

Ay, ay, ay, ay... canta y no llores.