Uno de los retos más fuertes que tiene la humanidad es vencer la indiferencia ¿cómo lo podemos lograr? Primero, haciendo conciencia de qué es y cómo se hace presente en nuestra vida cotidiana.
La indiferencia se define como un estado de ánimo en el que no se siente un total rechazo o agrado hacia una persona, objeto o circunstancia.
Ahora bien, ¿cómo la podemos detectar? Si vas por la calle y ves que a una persona se le cae dinero ¿qué haces? En otro caso, ¿puedes detectar la tristeza en alguien más? Cuando en la televisión ves una noticia sobre un nuevo caso de maltrato infantil, ¿cuál es tu reacción?
Todas las circunstancias anteriores te provocan algo pero, quizá no hagas algo al respecto, esa es la indiferencia.
El mundo está lleno de problemas que parecen no tener solución y que pueden ser indiferentes para las personas, como el cambio climático, la delincuencia, la pobreza y la violencia, sólo por mencionar algunos, porque creemos que nada de lo que hagamos será suficiente.
Las fundaciones y organizaciones de sociedad civil son un ejemplo claro de que sí se puede cambiar lo que no nos gusta y podemos dejar de ser indiferentes.
¿Has escuchado hablar de Cadena? Es una asociación civil sin fines de lucro que se fundó en 2005, como una iniciativa de cinco amigos de ayudar a las personas que se vieron afectadas por el huracán Stan en los estados Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y Veracruz, a través de la recolección y traslado de víveres a la zona de desastre.
Esta acción los motivó a ir más allá de sólo brindar apoyo en las emergencias y se consolidaron como una organización enfocada a crear programas para la prevención y asistencia en emergencias, así como desastres, proporcionando ayuda, mano a mano, a las personas que más lo necesitan.
En la actualidad, la Fundación tiene presencia a nivel internacional; ha auxiliado a más de tres millones de personas, 379 mil familias; y ha reunido a 11 mil personas voluntarias.
Su concepto de contribución radica en proporcionar a las comunidades más vulnerables las herramientas necesarias para que, en un futuro, ya no requieran ayuda, que se desarrollen de manera autónoma y resiliente, es decir, que tengan la capacidad hacer frente a cualquier adversidad, recuperarse lo más rápido posible e, incluso, que su condición sea mejor de como se encontraban antes del desastre.
Cambiar el mundo es posible, mira de frente la realidad que te rodea, elige qué es lo que te gustaría cambiar y dona lo mejor que hay en ti.
Tus experiencias de vida y aprendizajes pueden contribuir a construir un mundo mejor al que existe.
Cree en las personas que habitamos este mundo como una misma familia.
Visita: https://cadena.ngo/
POR DULCE GALINDO VILLA
@FUNDACIONGRUPOANDRADE
MBL