En épocas de la posverdad creada en redes sociales, siempre es conveniente atender al trabajo de tierra y un baño de pueblo. En la Ciudad de México, centro de la hecatombe política existe uno de esos espejismos al estilo de una película de Hollywood en donde un desahuciado camina por el desierto y de pronto observa un oasis con palmeras, agua y alimentos en abundancia. Políticamente, eso es lo que actualmente ocurre y de una manera más que bizarra la "oposición" pretende crear una verdad política asumiendo que los ciudadanos son ciegos, locos o simplemente tontos.
De inicio, hemos afirmado que la ciudad en el 2021 se perdió por un rechazo y hartazgo hacia Morena provocado por pésimos gobiernos como el de Layda Sansores en Álvaro Obregón, Manuel Negrete en Coyoacán, Néstor Nuñez en Cuauhtémoc, Vidal Llerenas en Azcapotzalco y Víctor Hugo Romo en Miguel Hidalgo combinado por una total ausencia de operación política del partido en el gobierno que creyó ilusamente que en la capital del país no se "operaba", porque la ciudadanía estaba convencida del éxito de las políticas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
A partir de estos hechos con excepción de la Alcaldía Benito Juárez que dirige Santiago Taboada quien ha logrado adquirir un posicionamiento ciudadano más auténtico basado en el entendimiento de la problemática actual de la ciudad y de cercanía con los ciudadanos, la "oposición" en la CDMX ha intentado crear una narrativa de éxito, que resulta muy curiosa:
Por ejemplo, en Álvaro Obregón, una mujer con pleno desconocimiento de la alcaldía ha apostado por gastar millones de pesos en promoción personal (fundamentalmente atacando a gobierno central), y la compra de algún par de liderazgos del extinto Leonel Luna, utilizando para esos efectos la profundización de esquemas de ingreso a través de empleo informal, construcciones, y cobros de piso implementados por Héctor Serrano. La misma forma que Mikel Arriola utilizó para crear una burbuja informativa, que en el fondo es la misma estrategia de los perredistas en los que se apoyó Claudio X. González para conseguir la decisión sobre la candidatura en 20121. A pesar de que la historia ha demostrado al final del día que los vecinos se dan cuenta, y que la banalidad y vanidad personal nunca triunfan permanentemente.
En la alcaldía Cuauhtémoc, Sandra Cuevas heredando la misma operación de semi extorsión con pandillas, empleo informal, restaurantes, bares y antros, y retando a gobierno con campañas menos pulidas que la alcaldesa en Álvaro Obregón, generan una operación anclada en la simulación y la pretensión.
En Tlalpan, un acuerdo que ya es más que evidente entre grupos de comerciantes informales que acarrean dinero en efectivo a las arcas de la alcaldía, y que con la proliferación de grupos de narcomenudeo contrasta con la imitación de discursos bravucones anclados en el odio. En todos los casos, por ejemplo, el exceso de propaganda de sus informes, el derroche de recursos y uso de infraestructura urbana -puentes peatonales, bardas, postes de luz, etc- con una confrontación inusual ante cualquier crítica o exigencia de cumplimiento de la ley.
Desde hace años no se observaba tal reto a los principios básicos de propagandeo, uso de recursos y abuso medioambiental.
Estos ejemplos no dan como resultado lo que ya se coloca hoy como una tendencia, que es la derrota de la capital por parte de Morena, sino por el contrario, lo que en realidad se percibe es una especie de nerviosismo por el inicio de operación y cambios que se han presentado en la Capital del país y el temor de que el espejismo del 2021 se pueda desvanecer.
La foto del momento es peculiar, sin embargo nada que no hayamos visto una y otra vez en el pasado.
Después se quejan de que el ciudadano no entiende, cuando en realidad los políticos se niegan a evolucionar e insisten en representar al espejismo de una sociedad del siglo pasado que ya no existe.
Y no es pregunta
POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ
MAAZ