DEFINICIONES

“No tengo plan B”

Para Ebrard hay cuatro aspectos clave que evitarían la ruptura en Morena rumbo a 2024 y garantizarían el piso parejo

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El canciller Marcelo Ebrard tiene clara la ruta que debe construir Morena para mantener la unidad, elegir al mejor candidato y ganar en 2024 la Presidencia. 

Ve cuatro reglas que, dice, garantizarían el piso parejo y anularían la posibilidad de ruptura. Desarmaría, pues, cualquier intento de división: 1) igualdad de condiciones; 2) definir los márgenes de lo que no está permitido; 3) que las distintas áreas de gobierno no participen en la promoción de algún aspirante; 4) que la encuesta que se realice para elegir candidato no la elabore el partido, sino distintas casas encuestadoras.

“No hay plan B”, dice Ebrard. No está pensando en romper ni en irse con la oposición si no es el candidato. Su proyecto presidencial es con Morena y cerca del presidente López Obrador. Ayer, un grupo de periodistas de esta casa editorial platicamos con el canciller. 

Hablamos de los muchos temas que pasan por su oficina, marcadamente los que tienen que ver con la relación México-EU. Pero con la sucesión adelantada —impulsada por el banderazo de salida del presidente López Obrador hace más de un año—, 2024 acapara la atención y la conversación. Sobre los puntos que ve Marcelo hacia la definición de la candidatura, en cuanto a la igualdad de condiciones, lo primero sería fijar los tiempos. 

No es sorpresa para nadie que, aunque el calendario marca 2022, estamos de facto en 2024. Con los tiempos adelantados, las reglas y condiciones de la contienda interna tendrían que estar claros y aceptados por los participantes en el primer trimestre del próximo año, es decir, a más tardar en marzo de 2023. Si no hay reglas, dice Ebrard, cada quien puede hacer y deshacer dentro y fuera de los márgenes que cada quien interprete. 

¿Qué aspectos puede haber en la ruta de la definición? Debates entre aspirantes, por ejemplo. Intercambio entre quienes buscan la candidatura, para contrastar proyectos. 

Para eso, ninguna de las corcholatas debería seguir en su cargo, menciona el canciller, para que haya equidad en la competencia; sería incompatible tener un cargo y mantener una aspiración. ¿Cuál sería el momento de dejar la posición? Debe definirse aún. 

Le preguntamos a Ebrard sobre las encuestas, que en Morena se ha dado como método de selección de candidatos. En noviembre de 2011, por ejemplo, cuando el hoy secretario y AMLO disputaban la candidatura de 2012, el ejercicio que levantaron dos casas encuestadoras consideró cinco preguntas. Rumbo a 2024, Ebrard es más práctico: una sola pregunta.

 Sería algo tan simple como ¿a quién prefiere como candidato? o ¿quién le gustaría que fuera Presidente? o ¿por quién votaría? La pelota está en la cancha de la dirigencia que encabeza Mario Delgado. ¿Cuándo definirá las reglas y tiempos? ¿Cómo procesará internamente distintas opiniones? ¿Con quiénes lo hará? ¿Una mesa con representantes de cada aspirante? ¿Una reunión con quienes han levantado la mano? Veremos. Los tiempos avanzan.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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