LA ENCERRONA

La fuerza de las letras

“Todos los estados totalitarios imaginados a lo largo del tiempo han compartido algo de la pesadilla de la república de Platón”. Mircea Cartarescu

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara es la segunda feria del libro más grande del orbe, solo después de la de Frankfurt, Alemania, y la más grande del mundo editorial en español. Inició en el año 1986 por iniciativa y auspicio de la Universidad de Guadalajara y se ha constituído como un símbolo de nuestro país, casi al nivel del tequila o el mariachi y, para las y los jaliscienses, se ha convertido ya en una una razón de identidad.

Cada año los máximos exponentes de casas editoriales, escritores, personalidades de distintos ámbitos y público en general se congregan para escuchar las múltiples conferencias, paneles, foros y a la pesquisa de algún título que está en las listas de deseos de los lectores, así como escuchar la música que acompañan esta fiesta de los libros. De igual manera, en cada edición existen países, ciudades o regiones como invitados especiales, en esta ocasión las letras árabes rondarán por Guadalajara con la presencia de Sharjah, integrante de los Emiratos Árabes Unidos.

Sin embargo, la FIL 36 se encuentra enrarecida por el ámbito político que se vive en la llamada Perla de Occidente. La política local actual es muy parecida a la nacional en estos momentos, el gobernador Enrique Alfaro tiene la mayoría en el Congreso de Jalisco, así como los municipios del área metropolitana de Guadalajara y tiene un encono añejo con Raúl Padilla López, presidente honorífico de la FIL, promotor cultural reconocido internacionalmente, ex dirigente estudiantil y, quien dice el gobernador, quien “controla a la Universidad de Guadalajara (UdeG)”, además de ser quien sucedió en la rectoría de dicha casa de estudios al padre del gobernador, Enrique Alfaro Anguiano.

En este mismo espejo, en Guadalajara se ha presentado un “guerra de marchas”, primero salieron a las calles el actual rector universitario, plantilla docente, investigadores, sindicalizados, alumnos y egresados pidiendo al unísono un presupuesto justo para la UdeG, pues en la batalla de cifras, el actual gobierno dice haber dado más de lo suficiente y, la casa de estudios, le parece que no alcanza. Por su parte, a manera de contraataque, además de que se dio el comunicado de que ningún funcionario público asistiera a la feria del libro, -presuntamente- el gobierno del estado organizó una marcha el día de la inauguración de la FIL, donde su pudo ver a diputados locales y federales, funcionarios y miembros del partido MC con la consigna de que “Padilla saque las manos de la UdeG y de la FIL”.

Así, mientras en la inmediaciones del lugar se escuchaban los gritos en contra de la cúpula de la universidad y la feria, en los salones de le otorgaba el “premio FIL de las lenguas romance” a Mircea Cartarescu, quien pronunció un discurso potente, un discurso que no escapa de la política y lo revolucionario que es y debe ser la poesía. Un mensaje que retumba en nuestro país, mientras algunos gobernantes en turno intenten destruir la cultura, la educación, las artes o las instituciones, las letras son y seguirán siendo un resquicio donde la sociedad debe refugiarse y comprender que, -tal y como la política y economía-, la literatura alcanza todas las dimensiones de nuestra vida.

POR ADRIANA SARUR
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@ASARUR

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