La movilización convocada por la Universidad de Guadalajara (UdeG) contra el gobierno de Enrique Alfaro terminó de ponerlo contra las cuerdas en el tercer trienio de su mandato. En política nada puede escribirse, pero va a ser muy difícil que las partes vuelvan a reconciliarse como ya ocurrió en la capital de Jalisco en esta administración.
Desde la década de los 60 la Universidad de Guadalajara es coprotagonista en el ejercicio del poder y se ha asumido como parte del sistema político local. Sin embargo, el gobernador panista Emilio González intentó hacer la separación, pero no lo consiguió. Su sucesor, el finado priista Aristóteles Sandoval, no opuso resistencia y mantuvo la dinámica heredada.
El Grupo Universidad, cuyo líder es Raúl Padilla, exrector a finales de los 80, no sólo controla la red de la segunda casa de estudios más importante del país, después de la UNAM, sino la administración de los hospitales y el sector cultural de Jalisco, como la Feria Internacional del Libro, el Festival de Cine de Guadalajara, algunos museos y otras actividades.
Enrique Alfaro tomó cierta distancia y se enemistó con el grupo al inicio de su administración, luego llegaron a un acuerdo y medio convivieron. Pero como se ha escrito aquí en otras ocasiones, la enemistad de Andrés Manuel López Obrador con el grupo universidad y las visitas de Presidente a la entidad volvieron a complicar las relaciones locales. (Véase, Alfaro se queda chiflando en la loma 28/11/21; ¿Podrán con el licenciado? 25/05/22). La ruptura, en medio de un acercamiento entre Alfaro y López Obrador que no llegó a ningún lado, terminó en lo que ahora vemos como una guerra desatada entre las partes.
La mayoría de diputados de Movimiento Ciudadano, partido del gobernador, en coalición con los legisladores de Morena, recortaron alrededor de mil 140 millones de pesos al presupuesto de la UdeG, y eso, caló hondo entre la comunidad que salió a marchar ayer por el “tijeretazo”.
Fue histórica la movilización; al estilo Martí Batres, la administración local intentó minimizarla al asegurar que sólo marcharon 35 mil personas, mientras del lado de los organizadores se hablaba de más de 140 mil. Aún siendo la primera cifra resulta inédito para una ciudad como Guadalajara, donde las manifestaciones son relativamente nuevas y donde en el periodo moderno se marcó un antes y un después en 2010, cuando protestaron unas 10 mil personas.
Durante la movilización se notó el cambio de discurso del rector Ricardo Villanueva, y dejó de lado el tono conciliador. “Cuando Jalisco y su gobernador nos necesitaban, ahí estuvimos los universitarios. Cuando la Universidad y los universitarios necesitamos al gobernador, nos abandonaste. Somos mucha Universidad para un gobierno tan chiquito. Por eso le tienen miedo a que esta comunidad se movilice, por eso intentaron boicotear la manifestación de hoy” dijo. La UdeG va a presentar un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte por el recorte al gasto.
En la universidad saben que después de la estocada del martes del Congreso, ya no habrá vuelta atrás en la separación UdeG-MC-Alfaro. El reto de Alfaro será sostener el poder en 2024 con un aspirante que cada vez está más cerca de hacerse de la candidatura (Pablo Lemus), quien ni siquiera es de su equipo, pero se fue posicionando y terminó de colocarse como alcalde de MC en Guadalajara. Lemus es del Grupo Económica de Jalisco y Alfaro ha intentado hacer equipo con él, pero no lo ha conseguido. Se visualiza una derrota para la sucesión por dónde quiera que se mire.
Uppercut: Simularon reuniones de trabajo en comisiones en Cámara de Diputados, para dar pase directo a la propuesta del presidente López Obrador y someter a discusión ante el pleno la Reforma Electoral.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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MAAZ