LA ENCERRONA

Los ingredientes de una marcha

“Empecé a recoger opiniones y como lo nuestro tiene que ver con el mandar obedeciendo, la gente quiere que marchemos el 27, un domingo.” López Obrador

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En mi entrega anterior, “La marcha, el INE y sus símbolos”, celebré la importancia de tomar las calles, de marchar, en forma pacífica para manifestar el descontento social ante decisiones gubernamentales. Es deseable que las sociedades mantengan genuino interés por la vida pública del país, así como un hacerlo a través de un método de presión para los gobernantes en turno. Las demandas ciudadanas se deben dejar escuchar en las calles, en las redes sociales, en los medios y los gobiernos deberán escucharlas y actuar en consecuencia, así funciona, así debería ser.

Por esto, para que una marcha (ergo, una manifestación ciudadana en las calles), tenga impacto, esta deberá contener, como ingredientes indispensables: reunir a distintos grupos de la sociedad, perseguir un objetivo común, ser espontánea y auténtica. Si se logra conjuntar todo esto sobre el asfalto, se asegura que una marcha sea legítima. La del domingo pasado lo logró y su primer indicador de éxito fue la resonancia que encontró dentro de las paredes del Senado y el segundo, mucho más profundo, fue la respuesta desde dentro de Palacio Nacional, primero al recibir descalificaciones hacia los personajes asistentes, después minimizar las cifras de los manifestantes y por último -el sueño de todo manifestante-, la reacción del presidente anunciando (y convocando) a una marcha para contrarrestar la ocurrida.

Esta convocatoria presidencial es para el domingo 27 de noviembre, partiendo del Ángel de la Independencia rumbo a la Plaza de la Constitución, donde López Obrador rendirá el informe de cuarto año de gobierno ante los asistentes. Lo relevante de esta marcha es que el mismo López Obrador encabezará la caminata y se hará acompañar de su círculo más cercano (veremos de qué lado caminará Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcel Ebrard, etc.), lo que podrá evidenciar para dónde marcará “su dedito” en la carrera presidencial del 2024 (aunque ya parezca más que definido).

También será interesante observar si la marcha del 27N cumple con la receta antes mencionada y si López Obrador aún recuerda lo que significa tomar las calles. Refiero a retomar los símbolos de una manifestación, puesto que no dudo que habrá una gran concurrencia de varios estados del país, así como los propios de la Ciudad de México, pero, una manifestación convocada por el gobierno, para el gobierno y desde el gobierno parecería que no tiene lo necesaria para generar el simbolismo deseado…¿o sí? Lo que sí ocurrirá es que la “muestra de músculo” del presidente se hará patente una vez más.

Así, los personajes allegados al presidente ya comienzan a sumarse a la marcha y a movilizar a seguidores del movimiento de la 4T y, repito, seguramente asistirán miles de personas. Sin embargo quedará la duda si en realidad era necesario hacer esta manifestación de -nada- a tan solo unos días de la marcha en defensa del INE, ¿qué gana el movimiento? ¿Qué gana el presidente? Considero que esta decisión solo le dará mayor fuerza a la legítima marcha del domingo, incluso a las personas que asistieron que con tanto desdén señaló el presidente.

POR ADRIANA SARUR
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@ASARUR

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