ALHAJERO

La gran marcha y la ridiculez de Martí

Una marea rosa plagada de carteles en defensa del Instituto Nacional Electoral que bien podía resumirse: “A eso vine, a defender al INE”

OPINIÓN

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Martha Anaya / Alhajero / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Les cuento de la Marcha por la Democracia en la Ciudad de México: ¡Fue impresionante! Comparable, en su magnitud, a la marcha blanca contra el Secuestro y la Inseguridad en 2004. Tres horas y media duró el andar hacia el Zócalo, hace 18 años. Otras tantas fueron ayer al Monumento a la Revolución, con un Paseo de la Reforma atiborrado —desbordado— de ciudadanos.

A decir de Martí Batres, secretario de Gobierno de la Ciudad de México, “asistieron entre 10 mil y 12 mil personas”. Ridículas cifras que le valieron una cascada de críticas y burlas rematadas a voz en cuello con el clásico grito —hasta hace unos años proclama de los hoy morenistas— de: “No somos uno/ no somos diez/ pinche gobierno-cuéntanos bien/. Los organizadores acompañaron imágenes aéreas de la marcha con el cintillo: “Medio millón por nuestro futuro. Medio millón por nuestra patria”.

Guillermo Valdés Castellanos, exdirector del Cisen y actual director de GEA, calculó “640 mil marchantes” (160 mil metros cuadrados contados a partir de los cuatro kilómetros de la Diana al Monumento y alrededor de 40 metros del ancho de los carriles de Reforma más banquetas. Estimadas cuatro gentes por metro cuadrado habría 640 mil marchantes). Pónganle que fueran la mitad, o incluso la tercera parte. Aún así, fueron un titipuchal. Alrededor de 200 mil personas, bajita la mano, al grito de “¡El INE no se toca!”.Una marea rosa plagada de carteles en defensa del Instituto Nacional Electoral por muy distintas razones: “Al INE (al árbitro) se le respeta”; “El INE defiende mi voz”; “Nuestra democracia es el INE”; “Más presupuesto para el INE”; “AMLO, el INE no se toca”; “Gracias al INE, hoy eres Presidente”;“Yo defiendo al INE”; “El INE es democracia”; “Insensato negar su éxito” y “A eso vine, a defender al INE”.

Estamos aquí reunidos con un sólo objetivo claro y trascendente: defender el sistema electoral que varias generaciones de mexicanos construyeron, que ha permitido la convivencia y la competencia de la pluralidad y la estabilidad políticas, la transmisión pacífica de los poderes públicos y la ampliación de las libertades, complementaría José Woldenberg, primer consejero presidente del entonces IFE.

Muchos adultos de clase media y media alta; las dos terceras partes aproximadamente. Y lo más extraordinario: rostros ciudadanos en su gran mayoría. Rostros y voces alejados de las consignas partidarias. ¿Qué había políticos presentes de distintos partidos, algunos incluso con gran poder en el pasado? Ciertamente, pero esta vez no nos ocuparemos de ellos —ni los nombraremos siquiera— porque lo más importante de la marcha de ayer fue su carácter ciudadano y su reconocimiento implícito a la lucha de generaciones por edificar una democracia, así sea apenas “germinal”.

El problema mayúsculo, el que nos ha traído aquí, es que nos obliga a salir a las calles, el que se encuentra en el centro de la atención pública, es que buena parte de lo edificado se quiere destruir desde el gobierno. Es necesario insistir en eso, porque significa no solo una agresión a las instituciones existentes, sino a la posibilidad de procesar nuestra vida política en un formato democrático, advirtió el septuagenario académico. ¡No pasará! ¡No pasará! (la Reforma Electoral impulsada por el Ejecutivo), gritó la multitud en la plaza de la República.

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GEMAS: Obsequio de José Woldenberg: “Hacemos un llamado a todos los grupos parlamentarios, así, a todos, sin exclusiones ni excepciones, los que conforman las cámaras del Congreso federal y de los 32 congresos en las entidades, a que defiendan lo edificado en materia democrática y no conduzcan a nuestro país a una etapa venturosamente superada: la del autoritarismo que se auxiliaba de autoridades electorales a modo”.

POR MARTHA ANAYA
MARTHAMERCEDESA@GMAIL.COM
@MARTHAANAYA

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