RETOS GLOBALES

La crisis climática

Tensiones entre EU y China complican la negociación, lo que ensombrece la viabilidad de lograr acuerdos que permitan frenar el calentamiento global

OPINIÓN

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Carlos de Icaza / Retos Globales / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) en Sharm El-Sheik, se desarrolla en un ambiente de tensión e incertidumbre, bajo el impacto de los conflictos geopolíticos y los trastornos del mercado energético a consecuencia de la guerra en Ucrania. 

Si bien la descarbonización no puede esperar, este escenario está complicando las negociaciones de la cumbre como advirtió John Kerry, el enviado climático norteamericano, al admitir frente a los medios que los trabajos se dan en un "entorno global bastante hostil y complicado". 

La invasión de Ucrania ha provocado un enorme trastorno en los mercados energéticos. Europa consume ahora más carbón y absorbe los suministros mundiales de gas natural licuado, obligando a muchos países en desarrollo a depender aún más del carbón. 

Además, las tensiones entre EU y China han complicado las negociaciones, lo que ensombrece la viabilidad de lograr entendimientos que realmente permitan frenar el calentamiento global. Para obtener acuerdos creíbles se requiere la concurrencia de los mayores emisores del mundo: China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón y Alemania, por mencionar los más importantes.   

Como dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, la ventana de oportunidad para tomar acciones urgentes ante la crisis climática se está cerrando velozmente. Según el informe sobre la Brecha de Emisiones 2022 del Programa de la ONU para el Medio Ambiente, no se han cumplido las promesas nacionales registradas en el Acuerdo de París (2016) para frenar el calentamiento global.  

El documento muestra que lamentablemente ya no será posible limitar para 2030 el calentamiento global a 1.5 °C, sino que, al paso que vamos, el mundo se encamina hacia un incremento de 2.8 grados al final del siglo. No es mi propósito hacer el recuento de las calamidades que acechan al planeta en caso de no atender la crisis climática, ya que los informes científicos han sido ampliamente difundidos. Como se ha reiterado en distintos ámbitos, si no se toman acciones urgentes y drásticas nos dirigimos a una catástrofe.  

El informe de ONU tiene un mensaje muy claro: urge que la comunidad global realice transformaciones profundas en los sectores energético y eléctrico, del transporte, de la construcción y los sistemas alimentarios.

En este contexto, surge la gran pregunta: ¿Quién paga la cuenta? El financiamiento es uno de los puntos más contenciosos donde se requiere un mayor compromiso de la comunidad internacional, sobre todo, de los grandes emisores. 

Los países en desarrollo demandan –con razón– que las potencias industriales asuman la mayor parte de los costos de una situación en la que tienen la mayor responsabilidad, sin menoscabo de que cada nación debe hacer su parte y contribuir efectivamente a la cooperación internacional.  

Sin embargo, es alentador el compromiso de México anunciado por el canciller Ebrard de recortar a 35 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero, como parte de un proyecto conjunto con EU, que implica una inversión de 40 mil millones de dólares.

POR CARLOS DE ICAZA
EMBAJADOR EMÉRITO Y EXSUBSECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES
@CARLOSDEICAZA

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