ARTICULISTA

El arquitecto de los diseños audaces

Agustín Hernández Navarro destacó por su interés en adentrarse en la raíces del pasado mexicano; creó importantes edificios

OPINIÓN

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Bernardo Noval / Articulista / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Uno de los arquitectos mexicanos con más reconocimiento por su obra y conceptualización que funde el pasado, el presente y el futuro en cada una de sus creaciones es Agustín Hernández Navarro.

Académico Emérito de la Academia Nacional de Arquitectura de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos, reconocido además por su amplia trayectoria con la Medalla Bellas Artes, el Premio Nacional de Ciencias y Artes y el Premio Nacional de Arquitectura, entre muchos otros,  Hernández  Navarro fue catedrático de la UNAM y desde 1994 jefe del Taller Vertical de Arquitectura en la Universidad Anáhuac del Norte.

Se formó en la Academia de San Carlos en una época en la cual la enseñanza de la arquitectura era rígida; no obstante, su evolución como arquitecto se basó en lo desconocido y lo novedoso, lo que originó que su obra fuera considerada “escultórica” por varios especialistas, debido a sus diseños arriesgados.                 

La creatividad que desarrolló en el diseño de sus soluciones arquitectónicas, tuvo una gran calidad y originalidad en respetar la ubicación y el lugar del terreno donde emprendía su obra, ya que consideraba el entorno del medio físico, tal como la topografía, el clima, la orientación, y poniendo énfasis en los factores económicos, tecnológicos, históricos, culturales y sociales, para así lograr la integración de la obra al entorno y conseguir la armonía en todo el contexto.

En su composición arquitectónica, integró la configuración tridimensional utilizando las figuras del cubo o el tetraedro, combinando la integración de la forma arquitectónica en los diseños de sus proyectos y obras, en los que la simetría, el orden y el ritmo, se caracterizaron por su funcionalidad y sensibilidad en una concepción formal.

Hernández Navarro se apoyó en el manejo técnico-constructivo de un sistema bien estructurado. Sus obras, en los que utilizó el concreto, el acero, así como el plástico y el vidrio, nos permiten reflexionar por la audacia que imprimió el arquitecto en los diseños de sus proyectos, siempre innovando con ideas y centrándose también en la valoración de elementos de la cultura local en una práctica absolutamente innovadora de la arquitectura moderna.

Destacó su interés por adentrarse en las raíces del pasado mexicano, lo que lo llevó a crear edificios como el Heroico Colegio Militar, el cual se inspiró en las zonas arqueológicas de Monte Albán y Teotihuacán. Otras obras representativas que marcaron su trayectoria, fueron la Escuela de Ballet Folklórico (1968), Casa Amalia Hernández (1968), el Pabellón de México de la Expo 70 de Osaka (1970), el Taller de Arquitectura (1970),  la Casa en el Aire (1991) y el Centro Corporativo Calakmul en Santa Fe (1994).

La reflexión de sus diseños, el buen manejo en la arquitectura tanto en la función como en la forma, además de los valores de identidad de nuestra propia arquitectura, es la que se ve reflejado claramente en sus obras arquitectónicas. “La arquitectura de hoy tiene que tener algo de ayer, pero mucho del mañana”, comentaba Hernández Navarro; por ello, la aportación de este autor a la arquitectura mexicana es muy valiosa, pues sostuvo una visión de alejarse de las tendencias dominantes de la arquitectura y buscar en las raíces prehispánicas un sentido de contemporaneidad, de gran calidad estética y sobre todo bienestar de quienes las habitarían.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL Y @MUSTWANTEDG

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