MIRANDO AL OTRO LADO

La tiempo democrático se acorta

Recientes decisiones de AMLO en política exterior revelan alianzas inaceptables con dictaduras

OPINIÓN

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Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al Otro Lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Recientes decisiones de AMLO en política exterior revelan alianzas inaceptables con dictaduras. Esos alineamientos indicarían que México está posicionándose para convalidar una era de prácticas antiliberales y antidemocráticas. La política exterior de un gobierno es, también, el retrato fiel de sus políticas interiores.

En los últimos días el gobierno de México ha validado las políticas de varias dictaduras en América Latina, en Europa y Asía. Además ha promovido el intercambio económico con gobiernos que rompen con el orden internacional y sus leyes.

En fechas recientes México se negó a condenar a China en las Naciones Unidas por el trato represivo, inhumano y discriminatorio a todo el grupo étnico de musulmanes llamado Uigures, incluyendo su internamiento en campos de concentración, según consta en el informe presentado por Michelle Bachelet, la chilena responsable como Alta Comisionada de Naciones Unidas, después de una visita a la zona de China habitadas por los Uigures. La negativa de México a avalar el informe de Bachelet sorprendió, ingratamente, a países de todas las latitudes.

Acto seguido, México promovió la inclusión al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra, Suiza, de dos dictaduras latinoamericanas: Cuba y Venezuela. Sorprendió a propios y extraños la insistencia mexicana de incluir dos países donde la violación sistemática de los derechos humanos de sus ciudadanos se ha elevado al nivel de una política de Estado.

México promovió, en complicidad con Cuba, una candidatura a la dirección de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cuyo eje central fue la promoción del programa cubano de exportación y explotación de médicos en los países de la región. La propuesta ignoraba la resolución tomada por Naciones Unidas de declarar ese programa una forma de trabajo forzoso, también clasificado como una forma moderna de esclavitud. Esta promoción explica el porqué del rechazo mayoritario regional a la propuesta mexicana. Ganó la candidatura promovida por Brasil.

Recientemente se efectuó la Asamblea Ordinaria de la Organización de Estados Americanos en Lima, Perú. En ese encuentro México se negó a condenar la invasión de Rusia a Ucrania y sus múltiples violaciones al derecho internacional y a los derechos humanos, incluyendo el fusilamiento de civiles ucranianos desarmados. La comunidad latinoamericana se extrañó ante este alineamiento de México con la Rusia de Putin y su ejército invasor. En la misma sesión de la OEA se les recomendó a los países que se abstuvieran de comerciar con Rusia, bajo la lógica de que cualquier apoyo económico a Rusia implicaba, de hecho, un apoyo a la invasión a Ucrania. De ahí la lógica de las sanciones internacionales al país invasor.

En medio de esas condenas internacionales a la Rusia de Putin, el gobierno mexicano anunció una insólita negociación comercial firmada justamente con el violador internacional de leyes y acuerdos. La Secretaría de Relaciones Exteriores confirmó que el 28 de septiembre de 2021 México y Rusia firmaron un convenio sobre la exploración y utilización del espacio ultraterrestre para “fines pacíficos”. El acuerdo incluye la instalación del sistema ruso GLONASS, además de un sistema óptico electrónico “de prevención de situaciones peligrosas” en México. El sistema GLONASS es una red de satélites espaciales administrada por Rusia. Funciona como una red GPS que sirve, también, a Cuba y Venezuela.

Cuando estuve en Cuba el embajador ruso me comentó que la mejor forma de espiar a Estados Unidos era a través de sistemas satelitales. Por tanto, concluyó Rusia ya no necesitaba a Cuba como “observatorio” para saber qué sucedía en el país norteño. Además, agregó, los satélites son más baratos y más eficientes. Este acuerdo entre México y Rusia parecería indicar que México se ofrece como plataforma para que Rusia pudiera espiar más eficazmente a Estados Unidos. Es decir, México se convierte en colaborador de una potencia enemiga de los Estados Unidos. El sistema GLONASS es un sistema de espionaje utilizado por Rusia para esos efectos. Y Putin acaba de firmar su autorización al convenio con México.

Aunque la Secretaría de Relaciones Exteriores niegue lo anterior, el cúmulo de información es incuestionable. México se ha aliado a los enemigos de la democracia liberal y actúa para avanzar las agendas anti democráticas de China, Rusia, Cuba y Venezuela. La praxis internacional de México, y los apoyos que ofrece, indican que ha decidido seguir por esa ruta también internamente.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador está tratando de acomodar sus fichas internas para convertir a México en el aliado estratégico nuevo y privilegiado de los regímenes autoritarios del mundo, ante el ocaso de la utilidad cubana en esos menesteres. México lo tiene todo para ser la nueva novia de las dictaduras mundiales: tiene una economía relativamente fuerte, tiene al país armado y en caos, entre el crimen organizado y un ejército motivado a buscar poder político y económico. Pero principalmente es la puerta de entrada “por atrás” al coloso del Norte, perfecto para equipos de sabotaje, espionaje y con la opción de crear conflictos sociales, por la polarización política existente en Estados Unidos. Las próximas elecciones de noviembre son una oportunidad de oro para crear caos en ese país. como respuesta a las acciones de los ucranianos en Crimea. Y México les puede facilitar la tarea.

A nivel nacional, AMLO promueve condiciones para romper con Occidente y con las democracias liberales. Parece empeñado en llevar a México a un régimen de un solo partido, restringiendo las libertades y utilizando al ejército como socio prioritario en un sistema que le permita reproducir su modelo político en el poder, de manera indefinida.

De otra manera sería inexplicable la conducta de México en el mundo, promoviendo autoritarismos afuera y facilitando su territorio para ser usado por el enemigo principal de Estados Unidos como plataforma de espionaje hacia el territorio vecino. Si lo hace afuera es porque lo pretende hacer adentro.

El tiempo para defender las libertades y la democracia en México se acorta. Las rupturas y traiciones en las oposiciones son, trágicamente, un ingrediente que abona al proyecto cívico-militar anti democrático de López Obrador.

Hay una ventana de oportunidad de dos breves años para revertir esta dinámica. Después de ese tiempo, todo será una caída libre al precipicio del autoritarismo.

POR RICARDO PASCOE

ricardopascoe@gmail.com

@rpascoep

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