COLUMNA INVITADA

México y la diversidad sexual: Un reto rumbo al 2024

Hace unas semanas tuve la oportunidad de ser parte de la cuarta Conferencia Internacional de la Equal Rights Coalition

OPINIÓN

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Temístocles Villanueva Ramos / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Hace unas semanas tuve la oportunidad de ser parte de la cuarta Conferencia Internacional de la Equal Rights Coalition, conocida en español como la Coalición por la Igualdad de Derechos, en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Fundada en 2016 bajo el liderazgo de los Países Bajos y Uruguay, la ERC es una red intergubernamental conformada por 42 estados, unidos por la voluntad de construir mecanismos y herramientas para ampliar y garantizar la igualdad de derechos a las personas LGBTIQ+ en todos los rincones del planeta.

En este sentido, la Coalición, ha buscado siempre ser presidida de manera coordinada por un Estado del Norte global y uno del Sur global para garantizar la inclusión de voces, experiencias y perspectivas en una agenda integral de trabajo. Tras tres conferencias, y el desarrollo de un plan de trabajo para los siguientes años bajo la dirección de Argentina y Reino Unido, en la Conferencia de este año nuestro país asumió la co-presidencia de la red para los siguientes dos años, de la mano de Alemania.

La participación de México como uno de los líderes globales en la protección de los derechos de la diversidad sexual y de género es una gran oportunidad para constituirnos como un actor global responsable y comprometido con una agenda amplia de combate a las desigualdades, pero también implica una serie de retos.

Así, en las siguientes líneas quiero retomar un poco de mi experiencia durante la Conferencia en Buenos Aires y hacer un llamado a la suma de fuerzas en lo nacional y en lo regional, para consolidar un proyecto ambicioso que conlleve transformaciones fundamentales en México y América Latina en favor de las personas LGBTIQ+, como población de atención prioritaria.

Pese a la innegable crisis interna de derechos humanos que vive nuestro país desde hace décadas, nuestro servicio exterior ha jugado un papel central en la construcción de propuestas y alternativas progresistas que, al presentarse al exterior en organismos internacionales, activa también maquinarias internas para la atención de temas prioritarios en la agenda de derechos de grupos históricamente vulnerados.

Nuestro país ha contado con una política exterior progresista desde la década de 1990, avanzando con temas de relevancia tal como los derechos de las personas con discapacidad, los derechos de las mujeres y el reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos y comunidades indígenas al interior de la ONU. Esto nos ha dado prestigio internacional en la materia y ha afianzado para México una posición de liderazgo regional.

En los últimos años y bajo la batuta del Canciller Marcelo Ebrard, hemos logrado consolidar avances históricos, empezando con la proyección de una política exterior feminista. Así, aunque desde 2016 hemos jugado un papel central en la agenda de derechos LGBTIQ+ en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en este momento, y al asumir la co-presidencia de la Equal Rights Coalition, asumimos un papel central en el desarrollo de una agenda para alcanzar la igualdad sustantiva a nível global.

Con ello, debemos asumir también una agenda programática que reconozca los temas prioritarios en América Latina para las personas de la diversidad sexual y de género. Temas como la despenalización del peligro de contagio en los países que aún cuentan con esta figura, la prohibición de los ECOSIG o terapias de conversión, o el reconocimiento a la identidad de género de las personas trans y no binarias sin restricción de edad, son clave.

Tenemos la posibilidad de encabezar una agenda que ponga a los Estados latinoamericanos en el centro de la discusión en favor de los derechos humanos. No obstante, para lograrlo necesitamos construir consensos sólidos con bases ideológicas y un firme compromiso con la progresividad de los derechos ya reconocidos, empezando por los principales actores que dirigen la política de nuestro país.

Así, este es un llamado para que todas las personas que busquen encabezar nuestra nación después de 2024 se posicionen y den cuenta de la importancia medular que tiene avanzar con los derechos de las personas LGBTIQ+ y como parte central de un proyecto de nación centrado en la garantía de derechos y la inclusión.

Avanzado en temas abordados en el Senado, tales como prohibición de los ECOSIG y seguridad social para familias homoparentales y lesbomaternales, con una política nacional de combate a la discriminación desde Gobernación y CONAPRED, o con estrategias de gobierno y política pública integral a la altura de la capital, liderazgos como los de Ricardo Monreal, Adán Augusto López o Claudia Sheinbaum pueden ser parte de este compromiso de escala internacional.

Por último, después de las largas reflexiones compartidas entre personas legisladoras de países como Estados Unidos, Perú, Guatemala, Colombia, Argentina y Venezuela, me queda claro que hoy, más que nunca, debemos tejer una alianza regional de liderazgos progresistas. América Latina se encuentra en un momento coyuntural de gobiernos proclives a la ampliación de derechos.

Debemos aprovecharla para avanzar lo más posible en la necesaria transformación política, legislativa e institucional de nuestras naciones; sin olvidar la lucha cultural frente a la discriminación y estigmas. Que espacios como la ERC o el Global Equality Caucus nos sirvan para consolidar un activismo permanente al interior y al exterior de nuestras fronteras, bajo la lógica de que no hay democracia sin igualdad, y que no es posible ningún tipo de desarrollo si no aseguramos que nadie se quede atrás.

POR TEMÍSTOCLES VILLANUEVA RAMOS
DIPUTADO DEL CONGRESO CDMX POR MORENA
@TEMISTOCLESVR

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