PERISCOPIO

La boquita de Lilly

Lo que se vio el martes durante el debate en el Senado de la República a nadie debería gustarle, pero, contrariamente, fue aplaudido

OPINIÓN

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Raymundo Sánchez Patlán / Periscopio / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Triple victoria obtuvo el presidente López Obrador con la propuesta priista de ampliar a 2028 las tareas de las Fuerzas Armadas en seguridad pública: concretó su militarización del país, pulverizó a la alianza Va por México y, como cereza del pastel, institucionalizó la polarización basada en el insulto y la bajeza como eje de los debates parlamentarios.  

Enfoquémonos en el último punto. Lo que se vio el martes durante el debate en el Senado a nadie debería gustarle, pero, contrariamente, fue aplaudido y fomentado por decenas de opositores. Escuchamos de boca de la senadora neopanista Lilly Téllez denostaciones, insultos, improperios e injurias contra sus pares de Morena, partido por el cual llegó al escaño que actualmente ocupa. “¡Siéntese y cállese!”, “¡sentadito y calladito!”, “¡sentado y callado, Napoleón, y espere sus croquetas!”, le gritó desde la tribuna al senador Napoleón Gómez Urrutia, mientras lo señalaba con su dedo índice, erguida marcialmente, sin aceptar interpelaciones. 

A los morenistas los llamó “bola de corruptos”, “ceros a la izquierda”, y remarcó: “Ustedes, de Morena, no van a votar como perros por huesos y croquetas; ustedes, de Morena, van a votar como hienas a la espera de las sobras apestosas que les avienta el Presidente”.  Todo ello, aplaudido por sus compañeros panistas, que han hecho suya la lógica del régimen en la que quien más insulta más aplausos y aprobación se lleva.  En contraste, la senadora del PRI Claudia Ruiz Massieu dio cátedra de parlamentarismo de altura y capacidad argumentativa: ante las diatribas del morenista Félix Salgado Macedonio, respondió de manera impecable y elegante, sin que de su boca saliera un solo improperio.  

Como consecuencia de las bravatas de Téllez, la senadora morenista Rocío Abreu echó mano de sus más abyectos recursos para descalificarla, como si se tratará de un pleito de arrabal. No quedó ahí, sino que ayer, todavía, al calor del debate que se generó de manera alterna en redes sociales por esos episodios, Lilly Téllez posteó en sus redes sociales un insulto, sin deberla ni temerla, contra la esposa del presidente López Obrador.
       Todavía más grave es que el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, promueve a Téllez entre sus apuestas para la candidatura presidencial de 2024, e incluso puso la estructura del partido a su servicio y le armó una gira-campaña por el país. 

Y aunque ella no introdujo ese lenguaje a la política nacional, es un hecho que el panismo está adoptando, normalizando, fomentando, aplaudiendo y premiando la ofensa y humillación como léxico político, y, con ello, reproduce los mismos léperos moditos del régimen que pretenden vencer en 2024.   

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EN EL VISOR: Miguel Osorio Chong, líder de los senadores del PRI, quedó como héroe ante el panismo por su voto contra la reforma militar. Pero ante el priismo evidenció su incapacidad para unificar a su bancada, pues sus senadores votaron divididos. Punto para el dirigente nacional, Alito Moreno.

POR RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN
RAYMUNDO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@R_SANCHEZP

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