Durante las últimas semanas de septiembre nos enteramos de una serie de referendos en Ucrania, que abrían el camino a cuatro áreas geográficas del Este de ese país, para integrarse a la Federación Rusa. Este movimiento ha sido ampliamente condenado a nivel internacional y es un llamado a reconsiderar, o de menos tratar de acotar, el principio de libre determinación de los pueblos (autodeterminación de los pueblos, como se le conoce en México).
Ésta no es la primera vez en la historia en que un grupo de personas, identificado por rasgos o intereses comunes, organiza algún tipo de consulta (referéndum) y la simple mayoría es suficiente para declarar su independencia. Por lo general, al poco tiempo la región recién separada decide integrarse a otro país, casualmente de un vecino geográfico poderoso. Recordemos que esto sucedió a mitad del siglo XIX en lo que es ahora el estado de Texas.
Para formalizar la anexión, la semana pasada se llevó a cabo una suntuosa ceremonia en Moscú, en la que se anunció con gran pompa que los territorios de Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón pasaban a formar parte de Rusia. En esa ocasión, el presidente Vladimir Putin dijo que no había ”nada más fuerte que la determinación de estos pueblos de volver a su verdadera patria histórica”. Putin agregó que millones de personas habían manifestado su deseo de vivir con su gente, en su patria y que Rusia los protegería con “todos los medios posibles”.
Para tener una idea de lo que significa esa acción, la suma de las superficies de los territorios en cuestión es ligeramente mayor a la extensión territorial del estado mexicano de Oaxaca.
La anexión deseada por Putin no sólo ha sido cuestionada a nivel internacional, sino que ha sido fuertemente condenada por un gran número de gobiernos en prácticamente todo el planeta.
El viernes pasado, nuestro representante ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, manifestó en el Consejo de Seguridad (como miembro no permanente) el respaldo de nuestro país a la soberanía, unidad, independencia e integridad territorial de Ucrania.
El principio de libre determinación o autodeterminación de los pueblos se menciona específicamente tanto en la Carta de las Naciones Unidas (artículo primero) como en nuestra Constitución Política (artículo 89 fracción X, como principio normativo de política exterior). No obstante, este principio tiene un complemento en el derecho internacional, éste es el relativo a la integración territorial. Al respecto, llama la atención que dicho principio sí se menciona en la Carta de la ONU (artículo 2), pero no aparece en el apartado sobre relaciones internacionales de nuestra Constitución.
POR J. ALFONSO NIETO Z.
Doctor en Economía y Ministro del Servicio Exterior Mexicano (r)
MAAZ