“Austeridad” y “combate a la corrupción”, fueron dos de los principales compromisos de esta administración. A la fecha, incumplidos.
Para ejemplificar, me referiré a una de las obras consentidas del presidente Andrés Manuel López Obrador: la opaca refinería de Dos Bocas.
El 9 de mayo de 2019, el Presidente informó que la licitación de la obra se había declarado desierta debido a que las empresas habían rebasado lo presupuestado, —ocho mil millones de dólares—. Por lo tanto, informó, la construcción correría a cargo de Petróleos Mexicanos (Pemex), la cual garantizaba dicho costo.
El 29 de mayo de 2019, el Consejo de Administración de Pemex, autorizó ocho mil millones de dólares acordados y determinó que la construcción de la refinería de Dos Bocas debería cumplir con la normativa interna de Pemex: previa autorización del Grupo Técnico de Inversión, bajo la metodología FEL.
Sin embargo, la Secretaría de Energía violentó la normatividad y decidió que fuera Pemex Transformación Industrial la responsable de la construcción de la refinería, nombrando como encargado a Leonardo Cornejo, personaje vinculado a los sobornos de Odebrecht. Con ello, se abandonó la metodología FEL, que es la que permite contener los costos y hacer frente a las contingencias.
Las consecuencias son evidentes: por falta de un proyecto ejecutivo, los costos comenzaron a dispararse.
El Consejo de Administración de Pemex tuvo que asignar posteriormente: el 2 de julio de 2020, 918 millones de dólares adicionales; el 27 de mayo de 2022, mil 126 millones de dólares —correspondientes al IVA— y el 10 de agosto de 2022, seis mil 470 millones de dólares.
La suma de estas cifras es de 16 mil 514 millones de dólares, dos veces lo presupuestado. En ese caso, hubiese salido más barato contratar a la empresa que licitaba más caro, en 12 mil millones de dólares. Lo reitero: la incapacidad también es corrupción.
Hace unas semanas se difundieron también unas fotografías en la refinería Dos Bocas. Se trataba de un camión que se hunde en un socavón. Es importante destacar que, quien hizo las obras de compactación y la plancha, es la empresa Huerta Madre, asociada a los compadres de la titular de la Secretaría de Energía.
Una empresa que fue constituida el 17 de mayo del 2019 y dos semanas después le adjudican el contrato en una invitación restringida por un monto cercano a cinco mil millones de pesos.
Este acto lo denuncié ante la Secretaría de la Función Pública, el 1 de junio de 2020 y, a la fecha, no ha habido respuesta.
Lamentablemente pareciera que este Gobierno está decidido a encubrir la corrupción.
Entonces, ¿dónde quedó la austeridad? ¿Dónde quedó el combate a la corrupción? ¿Acaso, este compromiso excluye a los caprichos presidenciales?
No hay duda, Dos Bocas se ha convertido en un barril sin fondo y es un problema que se le hayan asignado 200 mil millones adicionales, porque ha implicado quitarle medicamentos y vacunas para niños con cáncer, a estancias infantiles, a escuelas de tiempo completo, a caminos rurales, a policías municipales, a la ciencia, así como apoyos a emprendedores y promoción turística, entre otros.
Basta de opacidad, basta de impunidad.
POR XÓCHITL GÁLVEZ
SENADORA DEL PAN
@XOCHITLGALVEZ
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