La transición hacia una economía verde agregará aproximadamente 60 millones de nuevos puestos de trabajo al mercado laboral para 2030, conocidos como “empleos verdes”.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estos “empleos verdes” son aquellos que contribuyen a preservar o restaurar la calidad del medio ambiente. Incluyen labores que protegen los ecosistemas y la biodiversidad; reducen el consumo de energía, materiales y agua a través de estrategias de alta eficiencia; descarbonizan la economía; y minimizan o evitan por completo la generación de todas las formas de desechos y contaminación.
En la gran mayoría de los empleos verdes la sostenibilidad no es el eje central de la labor, pero sí está estrechamente relacionada, como sucede con personas encargadas de la administración de flotas o los servicios de salud, por ejemplo. Son puestos de trabajo que ofrecen salarios adecuados, con prestaciones de ley, seguridad laboral, perspectivas de carrera razonables y un sentido de sostenibilidad en su labor. Es decir, son empleos ligados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a la Agenda 2030.
Actualmente la oferta de empleos verdes es mayor que la cantidad de talento que puede ocupar esas posiciones. LinkedIn dio a conocer en su Informe global de habilidades verdes 2022 que hubo un aumento del 8% en las publicaciones de este tipo de vacantes; sin embargo, solo hubo un incremento del 6% en el talento verde disponible.
Estos números dan luz sobre la oportunidad que existe hacia futuro, no solo en la formación de nuevos talentos, sino en la capacitación, el upskilling y el reskilling. El cambio que necesita el mercado laboral vendrá de un enfoque de contratación basado en las habilidades verdes; es decir, a nivel mundial, las personas capacitadas en talentos verdes serán contratadas con más facilidad que las que no en el futuro. También se tienen que identificar nuevos potenciales empleos verdes en el contexto de una recuperación después de la pandemia.
A la luz de esta necesidad y dado el progreso tecnológico y la urgente necesidad de atender los desafíos del cambio climático, platiqué con Andreas Müller, Subdirector de la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria (CAMEXA), quien me dio a conocer un proyecto que está impulsando dicha institución a través de su nuevo departamento de desarrollo sostenible y con el apoyo financiero del programa Business Scouts for Development de la GIZ, para que haya cada vez más empleos verdes en México.
Este proyecto macro tiene dos líneas principales: la primera de ellas es la integración de la sostenibilidad en la educación dual. De acuerdo con CAMEXA, la educación dual busca la vinculación de la teoría y la práctica, integrando al estudiante en la empresa para desarrollar sus competencias profesionales, al tiempo que desarrolla otras capacidades genéricas y disciplinares.
Mediante esta línea de acción, CAMEXA busca integrar a la sostenibilidad dentro del plan didáctico de la juventud. Comenzará impulsando este programa de educación dual con un enfoque de sostenibilidad primeramente en Nuevo León, donde espera alcanzar a más de mil jóvenes.
La segunda línea de acción es la capacitación. Para ello, las empresas parten de un curso impartido por CAMEXA, donde el Gerente de Sostenibilidad Interna planea el mapa de ruta verde de la compañía.
El objetivo de este curso es desarrollar un camino claro sobre cuál es el programa de capacitación que necesita impulsar cada empresa, así como el equipamiento tecnológico que requiere para lograr sus objetivos de sostenibilidad. Hasta el momento, CAMEXA ha capacitado ya a 50 empresas a través del curso para Gerentes de Sostenibilidad Interna, pero seguramente se sumarán muchas más de aquí a junio de 2023, que es el periodo en el que se propone implementar el proyecto.
Asimismo, planea alcanzar a más de 300 personas a través de los programas de capacitación de “empleos verdes”. Basado en un análisis para encontrar las principales necesidades de competencias verdes en México, se identificaron siete sectores principales: electromovilidad; energías renovables, construcción (en conjunto con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción); finanzas verdes; residuos; agua y agricultura.
De los siete sectores, Andreas hizo hincapié en la importancia del primero de ellos: la electromovilidad. De acuerdo con la UNEP, los empleos en la manufactura de vehículos verdes actualmente suman 235,000 puestos laborales, los cuales se ubican entre la Unión Europea, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. Sin embargo, se proyecta un crecimiento muy importante en los próximos lustros, derivado del impulso que trae la producción de vehículos verdes.
Hacia futuro CAMEXA buscará también tres factores: certificar a los técnicos superiores universitarios en materia de sostenibilidad, impulsar normas técnicas que exijan dicha certificación y promover cada vez más las finanzas verdes.
Como dijo Greta Thunberg, “la crisis climática que vivimos es tanto el problema más fácil como el más difícil al que nos hemos enfrentado. El más fácil porque sabemos lo que debemos hacer. El más difícil porque nuestra economía actual todavía destruye los ecosistemas para crear un crecimiento económico duradero”.
Ésta es nuestra oportunidad para impulsar el camino fácil: el de más empleos verdes que comienza con más gente interesada en fortalecer sus talentos verdes.
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POR ITZIAR GÓMEZ JIMÉNEZ
DIRECTORA DE AGENCIA DE COMUNICACIÓN PLASMAR
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