COLUMNA INVITADA

Somos aliados y las acompañamos en sus luchas

El caso en Puebla evidencia que se puede ejercer acción penal hacia quien atente contra madres e hijos

OPINIÓN

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José Narro Céspedes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 23 de octubre, en Puebla, sucedió un hecho que llena de esperanza a muchas mujeres que han sufrido la sustracción de sus hijas e hijos a manos de sus padres.

El hijo de Andrea Lezama fue sustraído el 18 de junio de 2016 por su progenitor, Ricardo “N”, a la edad de un año y diez meses, actualmente tiene ocho años. El violentador fue vinculado a proceso y la jueza María Guadalupe Muñoz Pérez impuso la medida cautelar consistente en prisión preventiva justificada, siendo Ricardo “N” el primer vinculado a proceso por violencia viaria, no sólo en México, sino en Latinoamérica, lo cual marca un gran precedente en la lucha de las mujeres.

El Poder Judicial del estado de Puebla tomó la decisión de vincular a proceso al presunto acusado de sustraer y ocultar al menor, tomando como base la Ley para el Acceso de Mujeres a una Vida Libre de Violencia y los códigos civil y penal de dicha entidad.

Hoy es fundamental reconocer la lucha que muchas mujeres dan por lograr estar cerca de sus hijas e hijos. El caso en Puebla es paradigmático y ofrece evidencia de que se puede ejercer acción penal en contra de quien atente contra los derechos de las niñas y los niños, así como de las madres. Es un ejemplo para nuestro país y toda América Latina.

Vale la pena comentar que la violencia vicaria es aquella que tiene por objetivo dañar a la mujer a través de la sustracción y ocultamiento de sus seres queridos, especialmente sus hijas e hijos. Este tipo de violencia ocasiona daños físicos, emocionales y psicológicos, en particular en los menores y en la madre. Así, para poder ejercerse, la violencia vicaria cuenta con la complicidad de la sociedad que cuestiona, juzga y pone en duda el papel maternal, pone en duda su palabra y su capacidad para hacerse cargo de los hijos.

La violencia vicaria es una de las formas de la violencia de género, ya que su objetivo es hacer daño a las mujeres; implica una intención clara de causar dolor profundo a la mujer, para destruirla. Esta acción es ejercida siempre por hombres en contra de mujeres.

En marzo, Zacatecas se convirtió en el primer estado en tipificar la violencia vicaria como una violencia hacia las mujeres en diferentes ordenamientos, siguiendo otras entidades como el Estado de México, Hidalgo, Yucatán y Puebla, por sólo mencionar algunos de los nueve estados en donde hoy la Ley Vicaria es una realidad, para proteger a las mujeres y a las infancias.

Aunado a la legislación local en la materia, sabemos que este triunfo se debe en gran medida a la larga lucha de miles de mujeres de nuestro país que han sufrido violencia física, de género y vicaria en sus hogares. Hoy reconocemos, acompañamos y nos solidarizamos con su lucha, con la de las mujeres que ya no están y por las que vienen. Hoy en toda nuestra patria debemos continuar esta lucha para hacer posible la tipificación de este delito en todo el país como una estrategia importante en la erradicación de la violencia contra las mujeres.

A todas las mujeres de nuestra patria les decimos que no están solas, que estamos con ustedes en las diferentes luchas que dan todos los días contra del sistema patriarcal, el cual es parte de una premisa equivocada y profundamente dañina, de la superioridad del género masculino y, por lo tanto, la sumisión de las mujeres para aceptar una realidad que les niega el derecho de existir como personas plenas de derechos.

Somos aliados y queremos acompañarlas en sus luchas y sus victorias. Juntas y juntos vamos a cambiar este mundo en un mundo mejor.

POR JOSÉ NARRO CÉSPEDES
COLABORADOR
@NARROJOSE

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