TRES EN RAYA

Hacen crecer a Lilly Téllez

Narro no respondió abonando a su probidad; de hecho se enredó con sus propias palabras y optó mejor por pedir sacaran a la senadora de las comisiones donde participa

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Para bien o para mal, Lilly Téllez se ha vuelto una voz a tomar en cuenta en el Senado. Hay a quienes convencen sus planteamientos y a quienes no. Su forma de señalar lo que ella —y otros— considera pifias, mentiras, abusos y necedades de la 4T sin duda va siendo cada vez más… característica. 

Como cuando interpeló al senador José Narro; mediando “sonoros” adjetivos, le reclamó que el legislador sí conocía a determinadas personas de reputación criminal (lo que él había negado), así como la desaparición de dos marinos (sigue sin haber señales de ellos).

Narro no respondió abonando a su probidad; de hecho se enredó con sus propias palabras y optó mejor por pedir sacaran a la senadora de las comisiones donde participa. Pasó por alto que lo dicho en la palestra senatorial está defendido en la Constitución tanto por el derecho a la libre expresión, como porque los legisladores tienen la potestad de decir desde ahí lo que consideren y nadie puede juzgarles o callarles.

Pero más allá de lo anterior, lo que ocurre es que la 4T es la que primero hace crecer a Téllez. Ya lo hizo antes cuando compitió por la senaduría de Morena en Sonora, pero ahora lo continúa haciendo aunque Lilly esté en la oposición.

Morena hace eco a las expresiones, exabruptos, explicaciones y planteamientos de Lilly Téllez. Quizá olvidan algo que debieran conocer muy bien: esa fórmula hace crecer al personaje.

La estrategia de la senadora es doble. Por un lado se sabe acogida por un importante sector de la oposición, representando todo lo que le critica la 4T dada su trayectoria profesional. Por el otro, a través de sus exabruptos (algunos dicen que vulgaridades) y confrontaciones, hace uso de la receta que le ha servido extraordinariamente bien al mismo López Obrador: ser contestaria y, tal vez dentro de poco, una “maestra del insulto”. Gracias a sus tablas en medios de comunicación, se está haciendo de una estridencia típicamente obradorista.

Tiende, con esta forma de hacer política, hacia ese sector de la población no conservador ni “fifí” y tampoco de derechas. Es una población que, como ocurre con los seguidores de Andrés Manuel, buscan los epítetos.

No quiero dar a entender que lo apruebo. Asimismo, no planteo que esto le vaya a funcionar a largo plazo. Únicamente señalo que Lilly está actualmente apelando con éxito a dos grupos distintos del electorado.

Ahora bien, hay quienes dentro de la Cuarta Transformación están conscientes de lo anterior. Saben que Lilly adquiere momentum, masa crítica y velocidad, lo que seguramente no les tiene contentos. Eso explica las críticas férreas que la senadora ha recibido recientemente de parte de la bancada morenista. Cuestionamientos bastante hipócritas habida cuenta de que no los dirigen a legisladores del partido en el poder que se comportan exactamente de la misma manera que la senadora. En otras palabras, la crítica no es a los razonamientos o posicionamientos de la legisladora, sino a que no los profiere en favor de la 4T.

Posiblemente a Lilly no se le vea como una viable contendiente a la Presidencia, pero quizá sí se esté forjando a una líder parlamentaria; una importante piedra en el camino para el lopezobradorismo.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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