DES... PROPÓSITOS

Autoritarismo: ¿Preámbulo para el desarrollo?

Subsisten democracias o autocracias que no se han corrompido y han logrado desarrollarse

OPINIÓN

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Agustín García Villa / Des... Propósitos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Aunque en la mayoría de los países occidentales se ha luchado por siglos por la defensa de las libertades individuales en todos sentidos, sean religiosas o políticas, en marcos de convivencia, han existido y existen otras sociedades, antidemocráticas o con democracias iliberales (autocracias), que restringen los derechos individuales y sojuzgan a sus ciudadanos.

Con el tiempo, ambas posiciones han generado imperfecciones de mayor o menor grado, aunque también subsisten democracias o autocracias que no se han corrompido y logrado desarrollarse en sus marcos de acción legal. En el primer caso, y por mucho tiempo, prácticamente todos los países integrantes de la Europa Occidental y Estados Unidos aplicaron el modelo democrático, desarrollaron a sus pueblos y obtuvieron mejorías sustantivas para sus ciudadanos.

En la mayoría, los niveles de analfabetismo eran muy bajos, lo que les permitió madurar como sociedades y acoplarse a las decisiones de las mayorías, que se revaloran mediante elecciones. Muchos otros países, también guiados por lineamientos democráticos pero con elevados índices de votantes iletrados, han padecido de elecciones amañadas, sesgadas por intereses oscuros; son democracias ineficientes que sólo han beneficiado a ciertos sectores y empobrecido a las mayorías, como en varios países latinoamericanos.

Del otro lado, muchos de los países que optaron por el socialismo fueron gobernados por dirigentes autocráticos y a veces con altos grados de corrupción que nunca lograron sacar de la pobreza a sus poblaciones. Han habido otras fórmulas autocráticas represivas, como en países asiáticos como Corea del Sur, Singapur y Taiwán.

En estos últimos se instauraron regímenes militares que suprimieron prácticamente todas las libertades, impusieron grandes sacrificios de carácter laboral –semanas de 60 a 70 horas de trabajo–, y pusieron en práctica estrictos programas educativos y de investigación que han dado grandes resultados. En efecto, esos países sacrificaron a dos o tres generaciones, pero ahora gozan de altos estándares de vida, al tiempo de abrir cauces democráticos y de mayores libertades.

Nuevos ejemplos de estas experiencias se viven hoy en Vietnam y Ruanda en África Central. En el primer caso, se trata de un país de corte comunista que hoy crece a tasas de alrededor de 7%. El caso de Ruanda es similar: su gobierno castiga duramente la corrupción y restringe las libertades, pero les provee de las herramientas necesarias para el trabajo intensivo.

Ambos países han hecho reformas educativas, elevado la productividad y promovido la inversión extranjera –con un flujo de nuevos proyectos que los erigen como países emergentes.

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA

ANALISTA POLÍTICO

MAAZ