UN MONTÓN DE PLATA

Maseca absorbió costos y fue solidaria

Los ingresos subieron a un ritmo de 18 por ciento, y los costos lo hicieron en una proporción mayor, al hacerlo 22 por ciento en la comparación anual

OPINIÓN

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Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Mucho se ha dicho respecto del papel de las empresas de alimentos en la inflación. El caso de la tortilla de maíz ha sido particularmente notorio. En las conferencias del presidente Andrés Manuel López Obrador este sector ha sido observado con lupa. 

Incluso el Procurador  Federal del Consumidor, Ricardo Sheffield, llegó a atacar a Gruma, la empresa de Juan Antonio González Moreno, por supuestamente propiciar el alza en el precio del maíz y la tortilla. Esa presión sobre Gruma se retiró cuando firmó hace unas semanas el adendum del Acuerdo contra la Inflación y la Carestía que presentó el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O

Pero si uno quiere observar lo que verdaderamente ha ocurrido con esta importantísima empresa de harina de maíz, vale la pena mirar el informe trimestral reportado a la Bolsa Mexicana de Valores por parte de Gruma. 

En este informe se ve, transparentemente, la forma en la que Gruma no sólo no especuló con la harina de maíz nixtamalizada o con los precios de la tortilla, sino que de hecho absorbió buena parte del incremento en los costos que tuvo y arrojó una caída trimestral en su operación en México. Los datos no mienten. 

Durante el tercer trimestre del año, entre julio y septiembre, Gimsa —la subsidiaria de Gruma focalizada en el mercado mexicano—, registró ventas por 372 millones de dólares, lo que representó un incremento de 18 por ciento respecto de 314 millones de dólares vendidos un año atrás. Esta situación se explica por “el traspaso de costos y gastos adicionales a los ingresos”; es decir, la empresa tuvo que elevar precios para poder sobrellevar su operación. 

Pero la esencia del tema se revela después, cuando uno ve el incremento en el costo de ventas, que ¡fue de 22 por ciento!, derivado por “un mayor costo del maíz” y de los “precios elevados de combustibles”. 

¿Qué significa esto? Que, si bien los ingresos subieron a un ritmo de 18 por ciento, los costos lo hicieron en una proporción mayor, al hacerlo 22 por ciento en la comparación anual.  

El resultado de lo anterior es que, en el trimestre, esa división de Gruma desplomó su utilidad de operación 17 por ciento. En términos coloquiales esto se llama solidaridad con sus clientes; es decir, la empresa no reflejó en su totalidad el aumento en los costos que tuvo que enfrentar. En pocas palabras: se tragó los costos, en beneficio del consumidor. 

Y a ver si hay alguien en la mañanera que por lo menos registre eso, porque para apuntar el dedo sí que resultan buenos los políticos, pero no actúan igual cuando los datos arrojan una realidad distinta respecto del comportamiento que creían ver en el empresariado mexicano. 

AT&T 

La empresa que en México dirige Mónica Aspe reportó que rompió la barrera de los 100 millones de pesos en EBITDA en el tercer trimestre de 2022.

POR CARLOS MOTA
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