COLUMNA INVITADA

La disputa por el círculo polar ártico: ¿quién se queda con la riqueza?

Los países con territorio o aguas territoriales dentro de esta región planetaria son: Noruega, Rusia, Suecia, Finlandia, Islandia, Estados Unidos, Canadá y Dinamarca (dueña también de Groenlandia)

OPINIÓN

·
Luis Miguel Martínez Anzures / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La búsqueda de recursos naturales y la necesidad de fuentes de energía alternativas es un tema recurrente en el mundo de la actualidad y según parece, lo seguirá siendo en las décadas que están por venir. Sin embargo, este fenómeno se ha acentuado especialmente en estos últimos meses, donde varios países se enfrentan a una crisis energética producto de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Al respecto, el Ártico es una región del planeta donde se estima que existe una importante cantidad de petróleo y gas natural, aún, sin explotar. Esta región del globo terráqueo, puede contener unos 160 mil millones de barriles de petróleo y un 30% de gas natural, aún sin explotar, según estimaciones del Servicio Geológico de los Estados Unidos.

Los países con territorio o aguas territoriales dentro de esta región planetaria son: Noruega, Rusia, Suecia, Finlandia, Islandia, Estados Unidos, Canadá y Dinamarca (dueña también de Groenlandia).

Lo interesante de este asunto, es que, al ser el Ártico una zona mayoritariamente compuesta por agua, no existe un tratado internacional que la proteja del desarrollo económico, como en el caso de la Antártida en el Polo Sur. Este componente es el que podría definir la pugna que acompaña actualmente la disputa que hay por su pertenencia de parte de los países antes referidos. Aunque, si se tuviera que analizar a detalle esta situación, se podría concebir que la verdadera disputa se da entre occidente y oriente, (entre los países europeos afines a la OTAN, incluido Estados Unidos y Rusia, que se ubica en el otro extremo del espectro comercial y político de occidente).

Pero más allá de la pugna existente por la tenencia de estos territorios, lo que verdaderamente se debería analizar, es que, acceder a estos recursos, es un tema polémico por los daños medioambientales que la tierra experimentaría y por supuesto, por las disputas territoriales, que puede, originar este fenómeno. Para ilustrar lo anterior, existe un caso judicial en curso, acerca de si las compañías energéticas pueden perforar las capas de hielo árticas en búsqueda de gas y petróleo o negarles esta posibilidad en favor de la subsistencia de los ecosistemas aledaños a la región polar. Hasta ahora, se ha negado tal posibilidad, pero la situación podría cambiar drásticamente en las siguientes semanas.

De la misma manera, es importante recordar que el calentamiento global ha derretido parte de esta región, lo que facilita la perforación, exploración y extracción de recursos, pero también, podría generar un incremento excesivo en la temperatura de las aguas dañando severamente a las especies de flora y fauna hasta niveles de extinción, lo que tendría un impacto catastrófico para las actividades productivas como la pesca en toda esa región.

Por si la situación no fuera caótica, el Ártico se está calentando de tres a cuatro veces más rápido que el resto de las zonas geográficas planetarias. La cubierta mínima de hielo marino en 2020, fue casi 2,6 millones de kilómetros cuadrados más pequeña, que el mínimo promedio entre 1981 y 2010. Esta situación traerá afectaciones en el nivel de los mares y en la disminución en la oxigenación para la flora y la fauna marina.

Las consecuencias ambientales son graves. Pero también hay ramificaciones geopolíticas que ayudan a entender lo que hay en juego. Ya que, las rutas marítimas polares son cada vez más fáciles de navegar, los recursos naturales son más accesibles y las fronteras del norte son cada vez más vulnerables. Por ello, los países fuera de la región están dirigiendo su atención hacia el norte. China por ejemplo, tiene planes para una “ruta de la seda polar” y ha invertido más de 90.000 millones de dólares en infraestructura y activos en el Ártico.

Como puede apreciarse la importancia del círculo polar ártico, tiene dos directrices principales de potencial explotación para muchos países en el mundo. Por un lado, la exploración y virtual comercialización del petróleo y sus derivados, es un elemento muy codiciado para muchas naciones que tienen instalaciones estratégicas en dicha región. Por otra parte, existe el interés de ocupar sus aguas internacionales, como un paso más rápido y eficiente en el traslado de mercancías entre Oriente y América. Todo lo anterior, significa una fortuna en recursos naturales y económicos para muchas naciones, que no quieren perderse de tal botín, aun cuando su explotación, signifique poner en grave peligro la sustentabilidad de la región y del resto del mundo. Difícil decisión para las autoridades judiciales internacionales.

POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES

PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 

PAL