DE LEYENDA

Benzema y la paciencia

Si somos honestos y tenemos memoria, debemos reconocer que hace apenas un par de años, o, incluso, a inicios de la temporada pasada, nadie creía que Karim recogería el Balón de Oro, un premio que fue acaparado por Lionel Messi y Cristiano Ronaldo más de dos décadas

OPINIÓN

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Gustavo Meouchi / De Leyenda / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A. A. Milne, el creador de Winnie Poh, escribió que “los ríos lo saben: no hay prisa, vamos a llegar algún día”, y el lunes pasado, por fin, Karim Benzema llegó.

Si somos honestos y tenemos memoria, debemos reconocer que hace apenas un par de años, o, incluso, a inicios de la temporada pasada, nadie creía que Karim recogería el Balón de Oro, un premio que fue acaparado por Lionel Messi y Cristiano Ronaldo más de dos décadas y que en estos últimos años ha generado muchas discusiones y polémica.

Esto último también suma a lo extraordinario del evento. Desde hace años la decisión sobre el primer puesto ha sido discutida.

Apenas en el 2021, hubo un enorme debate sobre si Messi Robert Lewandoski lo merecían más. Pero este año, desde que el Real Madrid ganó la Liga de Campeones de la UEFA se sabía que Karim obtendría el título.

Incluso, hubo algunos cuantos, pocos si hay que decirlo, que fantaseábamos con que por primera vez en mucho tiempo un portero pudiera ser serio contendiente; sin embargo, creo que de alguna forma todos sabíamos lo que Thibaut Courtois dijo el mismo lunes, para bien o para mal, el Balón de Oro es un premio para los atacantes, no para los defensas y los porteros.

No quisiera entrar mucho en el tema de la crueldad del futbol y cómo en realidad su mundo no es el piso parejo con el que todos soñamos. Quisiera más bien concentrarme en Karim y en lo que esto significa para él y para muchos.

Llegó al Real Madrid, gracias a un acuerdo por 35 millones de euros firmado entre el equipo blanco y el Lyon, en julio de 2009. Los cinco goles que metió en los juegos de esa pretemporada seguramente habrían captado más atención y resonado con más fuerza si ese verano no hubiera llegado, al mismo equipo, Cristiano Ronaldo, en una transacción de 80 millones de euros que reventó el mercado mundial del futbol. Fue, en aquel momento, el traspaso más grande de la historia.

Durante mucho años pensamos que ese era el lugar de Benzama, apoyar a otros a brillar. Asistió con efectividad al 7 del equipo en todas sus batallas, pero no era su nombre el que salía en los titulares, ni su foto en las portadas.

En 2018, cuando el astro portugués tomó rumbo hacia Italia, inició un periodo de reconstrucción para el equipo blanco y Benzema, aunque cumplía con una cuota de anotaciones, no tuvo un papel excesivamente destacado. Tampoco se lo reprochamos, la verdad nadie esperaba que se alzara como una nueva estrella. Así que al principio de la temporada 2021-2022 todas las esperanzas madridistas estaban puestas en otro francés, Kylian Mbappé.

Todos sabemos el final de esa historia, pero yo me pregunto ¿qué pasó por la cabeza de Karim durante una temporada en la que poco a poco nos fue convenciendo de que se encontraba en estado de gracia, y de que ese estado duraría hasta el final del año, al menos?

Sé que nosotros pasamos por el asombro, la incredulidad, la expectativa y finalmente la ovación conforme los partidos se sucedían y Karim los iba resolviendo. Anotó goles que se nos antojaban imposibles para él y para muchos, y olvidamos esos años discretos que ahora, con esta luz no se ven grises, como quizá los percibimos entonces.

Lo de Benzema en la temporada pasada fue asombroso e inspirador en muchos sentidos y creo que se debe a un fenómeno en nuestras expectativas sobre el futbol, estamos acostumbrados a decepcionarnos. Muchas veces creemos en jóvenes promesas que después no se materializan. A lo que no estamos acostumbrados es que los veteranos, que tuvieron un paso importante, pero discreto, de pronto se impongan con un brillo que no mostraron, a veces no, porque no lo tuviera, sino porque fueron eclipsados por alguien más.

El futbol no es justo, pero a veces, nos entrega un premio a la constancia y a la paciencia, a no bajar los brazos y seguir haciendo tu trabajo, a pesar de no encontrar la gloria o las oportunidades. A veces puedes vivir a la sombra de otros, cometer errores, auto sabotearte, pero si perseveras en lo bueno, en lo que construye, y no dejas de luchar, pero, sobre todo, de creer, quizá consigas el reconocimiento.

Enhorabuena a Karim Benzema por su Balón de Oro y que este ejemplo le sirva, no solo a otros futbolistas o deportistas, también a muchas personas que hoy quizá pensamos que no hay oportunidades para conseguir nuestros sueños y metas.

POR GUSTAVO MEOUCHI
COLABORADOR
@GUS23258924

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