CAUSA COMÚN POR MÉXICO

Los otros datos

El mundo de los datos, cifras y estadísticas, que se utilizan para identificar y medir el estado situacional

OPINIÓN

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Fernando Alberto García Cuevas./ Causa Común por México / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El mundo de los datos, cifras y estadísticas, que se utilizan para identificar y medir el estado situacional que guardan las actividades que impactan la vida en sociedad, son de la mayor importancia para aproximarse a la realidad de los distintos fenómenos sociales.

Los métodos y procedimientos que se utilizan para concentrar y analizar el contexto, son indispensables para tomar decisiones con
base en información confiable. Por ejemplo, para definir y medir la pobreza en nuestro país, se utilizan al menos nueve indicadores que el propio Consejo Nacional para la evaluación de la política de desarrollo social, considera necesarios para orientar con mayor eficacia las políticas públicas relacionadas con el combate a la pobreza, que son impulsadas por los distintos gobiernos:

Ingreso per cápita
Rezago educativo
Acceso a los servicios de salud
Acceso a la seguridad social
Calidad y espacios de vivienda
Servicios básicos de la vivienda
Acceso a la alimentación
y grado de cohesión social.

Los indicadores de referencia, describen los principales elementos de desarrollo que muestran estadísticamente la calidad de vida de los habitantes de cada lugar.

El resultado del censo que se realiza para obtener esta información, revela con alto grado de certeza, el rezago que se tiene por cada uno de los indicadores, así como el número de población afectada. Con esta información las autoridades pueden orientar de forma objetiva, las estrategias necesarias para realizar una distribución inteligente de los recursos públicos para abatir los problemas del rezago social que se presenta.

En este sentido el CONEVAL calcula que para el año que transcurre, 2022, el número de pobres que tendremos en México será de cerca de 58.5 millones, equivalente a seis millones más, que los que había al principio de la presente administración. La pobreza multidimensional aumentó, como también la pobreza extrema, que se incrementó a 11 millones de personas.

Por otro lado, vale referir que, según el propio CONEVAL, en junio del 2022 la línea de pobreza extrema por ingresos, ubica que, para la adquisición de la canasta básica, se requiere un mínimo de 2 mil pesos en localidades urbanas y en las rurales ascendió a 1,544 pesos.

Estos datos revelan que cualquier gasto en alimentos, inferior a estas cifras, alerta que están en riesgo de pasar de pobres a la
categoría de pobreza extrema. No puedo dejar de referir que el poder adquisitivo del ingreso laboral real promedio per cápita del segundo trimestre de 2022. presentó un incremento de 1.1% respecto al primer trimestre de 2022, pasando de $2,850.00 a $2,881.00 pesos mensuales en números cerrados, es decir, que tuvo un aumento de $30.66 pesos.

Es importante hacer notar que este ingreso laboral es apenas superior en 800.00 pesos, al mínimo indispensable, para adquirir la canasta básica, que, por cierto, ha subido en este año casi 64%.

Si a esto se agrega que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía informó que el mes pasado, la inflación en el país cerró en 7.99% anual, se puede notar, el nivel de pobreza y austeridad con la que viven la mayor parte de los trabajadores en nuestro país. México sin lugar a ninguna duda, necesita instrumentar programas con políticas públicas acertadas, que incentiven las capacidades de las personas, para salir de la pobreza y mejorar su calidad de vida con dignidad.

Desarrollar programas institucionales de proyectos productivos que estimulen y apoye el talento y la iniciativa de las personas, para lograr autosuficiencia individual y comunitaria. Conseguir un mundo más justo y con menor desigualdad, requiere más allá de políticas asistencialistas, programas productivos para que las personas de menor ingresos, desplieguen sus capacidades para crear alternativas que les impulsen a desarrollar una vida mejor para ellos y sus familias y no solo resignarse, a esperar el apoyo asistencial del gobierno, que si bien es cierto los apoyo, también es un hecho, que los condena a vivir en la dependencia
indefinidamente, tanto a ellos como a sus hijos.

POR FERNANDO ALBERTO GARCÍA

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