A seis meses de su inauguración, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) no ha resultado como lo tenía previsto el presidente Andrés Manuel López Obrador. Es un elefante blanco inmóvil sin generar negocios ni los recursos proyectados.
Aerolíneas nacionales han expresado su voluntad de participar con el envío de más vuelos a Santa Lucía, pero sus buenas intenciones no se han traducido en realidades. Temen pérdidas económicas y prefieren canalizar sus operaciones a terminales aéreas que les garanticen rentabilidad.
Esa es la razón por la que el mandatario anunció, el pasado lunes, que buscará acuerdos con empresas internacionales como American Airlines y Copa Airlines, mientras que la Secretaría de la Defensa Nacional, a cargo del general Luis Cresencio Sandoval, inició gestiones para “adquirir” Mexicana de Aviación y Aeromar.
Esta estrategia tiene varios propósitos: hacerles saber a las marcas dominantes del mercado nacional que no son indispensables y que parte del negocio lo compartirá el gobierno mexicano con marcas extranjeras. Además, busca la 4T rescatar dos empresas quebradas y abrir nuevas fuentes de trabajo en el sector de la aeronáutica comercial.
Más aún, quiere promover un mercado doméstico, con tarifas y rutas más económicas para un sector de la población (el pueblo pobre) que no usa con frecuencia las líneas aéreas en territorio nacional, tarea que encomendó, una vez más, a las Fuerzas Armadas. Además, quiere AMLO que el AIFA sea la obra insignia, junto con el Tren Maya, por lo que el nuevo proyecto aéreo va de la mano del plan ferrocarrilero en la Península de Yucatán.
Con base en el plan maestro que está ya en el escritorio del jefe del Ejecutivo, las nuevas rutas aéreas tendrán destinos que no cubren o llegan muy poco a las líneas comerciales actualmente. Enviarán nuevos vuelos a Chetumal y Tulum (cuando esté listo el nuevo aeropuerto) para hacerle competencia a Cancún y, de paso, conectar destinos incluidos en la ruta del Tren Maya. También abrirán rutas a zonas turísticas del norte y el bajío.
En el caso de la negociación con aerolíneas extranjeras, corresponderá a la Secretaría de Comunicaciones hacer la gestión, mientras que la Sedena afina el plan para rescatar a Mexicana y Aeromar, con lo que además del ser el gran constructor, estará incursionando en otro mercado de negocios para hacer que se mueva el mamut en el que se ha convertido en AIFA.
Adicional a eso, el gobierno debe recuperar la categoría de seguridad aérea 1, después de que no fue capaz de demostrar ante auditores de la Administración Federal de Aviación un avance en los hallazgos, que ponen en entredicho la seguridad aérea (encontraron más de 20 puntos a mejorar), con lo que se prevé que sea hasta diciembre cuando México cumpla con el trámite.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Nuestros cálculos más peligrosos son aquellos que llamamos ilusiones.”
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
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MBL