La frase que Horacio Duarte Olivares utilizó para bautizar a la contienda electoral en el Estado de México no queda exagerada. La importancia que representa el padrón mexiquense y su peso para la elección presidencial de 2024, son factores que abonan a que en Palacio Nacional estén elaborando estrategias para alcanzar la victoria.
Duarte aspiraba a ser el candidato, pero al salir seleccionada por segunda ocasión la maestra Delfina Gómez, fue de los primeros en disciplinarse al saber que los números de las encuestas no le favorecían. Ahora llega a fortalecer el cuarto de guerra morenista. Aunque salió de un encargo en el que Andrés Manuel López Obrador le tenía confianza y le ha ayudado al presidente en proyectos importantes, como la elaboración de la iniciativa en materia electoral (no por nada lo llamó “Campeón”, en la mañanera); sobre él pesa la sombra de haber sido el secretario del Ayuntamiento de Texcoco durante la administración del Delfina Gómez, en la época donde se le acusa del cobro de un diezmo a los trabajadores municipales. Entre las pruebas presentadas por autoridades electorales en el caso contra Gómez por la elaboración de este fondo, figuran 21 de cheques firmados por Duarte Olivares.
Llama la atención el comportamiento de la oposición, luego de este nombramiento. Si bien, la formación de esta mancuerna será atacada durante la eventual campaña, las elecciones se ganan con estructura, equipo, organización… y un candidato que aún no tienen.
La razón es que debían esperar el desenlace de las votaciones en el Senado y en la Cámara de Diputados de las iniciativas militares que partieron la alianza Va por México. Si bien, salieron muy raspados, en las dirigencias estatales del PRI y del PAN me confirman que las pláticas para alcanzar una candidatura común de oposición siguen. Ahora hay varios asegunes, sobre todo de los panistas.
El primero, ver si el PRI decide apoyar la Reforma Electoral y revivir la Reforma Eléctrica. Hay también resquicios sobre el PRD, por la forma en la que varios legisladores votaron a favor de la reforma constitucional militar.
La otra, es ver quién llevará mano en la candidatura. El panista Anuar Azar me comenta que serán pragmáticos y que elegirán a quién garantice el triunfo frente a Morena. Eric Sevilla, del PRI, me dijo que este mismo mes definirán el género para las candidaturas en Coahuila y Edomex. Con ello, se abriría la puerta para que tanto Alejandra del Moral como Ana Lilia Herrera sean la abanderada tricolor y de la posible alianza. Ambos descartan una ruptura si es que alguno de los aspirantes queda inconforme. Pero en el proceso, como hemos visto recientemente, todo puede pasar.
Por más de 90 años, el Edomex ha sido un feudo priista, pero su permanencia se pone en entredicho por los recientes resultados electorales. Y en Morena dicen haber aprendido de los errores pasados y los triunfos del presente. La batalla previa a la guerra.
POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ
COLABORADOR
@CARLOSZUP
MAAZ