CLARABOYA

La gran batalla

Se trata de una de las incontables contradicciones de esa burda simplicidad criminal con las que esta administración miente creyendo que así se pueden hacer las cosas

OPINIÓN

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Azul Etcheverry / Claraboya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Es evidente que, estas últimas semanas la atención de la mirada pública se ha centrado en la politización de las fuerzas armadas en México, a partir de la militarización de la seguridad pública entre otras muchas funciones del Estado en las que históricamente este sector no se había desempeñado y no es para menos. Se trata de una de las incontables contradicciones de esa burda simplicidad criminal con las que esta administración miente creyendo que así se pueden hacer las cosas. “No tiene mucha ciencia gobernar”, dice el presidente que se negó sistemáticamente a reconocer la ciencia detrás de una dolorosa pandemia, de la cual tardaremos años en recuperar, o con la que minimiza a diario la violencia letal que asola al país. 

Conforme pasa el tiempo y se ha venido anticipando el ocaso de este sexenio con una prematura carrera presidencial, ahora que la discusión legislativa sobre la extensión del tiempo de la presencia militar en tareas de seguridad pública está virtualmente “resuelta”, las miradas ahora se centran en dos temas, la entrega del presupuesto de egresos 2023 y esperada reforma electoral, nos centraremos en lo segundo.

No es ninguna novedad el embate continuo del oficialismo en contra de los órganos constitucionales autónomos, en particular el INE, cuyo funcionamiento y financiamiento han sido criticados, incluso, al punto de los insultos a título personal en contra de sus miembros a lo largo de estos años con Andrés Manuel López Obrador en la presidencia. La propuesta del presidente de desaparecer al INE como se le conoce actualmente, ahora se pretende elegir a sus consejeros mediante elección popular, haciendo que la “voluntad del árbitro” coincidiera con quien “tiene a la mayoría”.

Si bien los tiempos políticos parecieran no alcanzar para analizar el alrededor de 100 iniciativas entregadas y presentar un dictamen para la reforma electoral que contemple las modificaciones a la constitución y sus leyes secundarias, sin embargo, hay confianza en los liderazgos de Morena en la cámara baja, considerando los acontecimientos más recientes dentro de una tambaleante oposición sin rumbo definido.

Por otra parte, queda en el aire el relevo de los tres consejeros del INE que pronto concluyen su nombramiento y delegan la responsabilidad de llevar a cabo las que podrían ser una de las elecciones más trascendentales de la historia, en las que el grupo en el poder pretende afianzar su “cuarta transformación” ante la inopia que en las otras fuerzas pareciera prevalecer.

Es impostergable redoblar esfuerzos para proteger las instituciones que como una sociedad democrática y plural merecemos, ante la sombra del autoritarismo, sus prejuicios, dogmatismo y fanatismos.

POR AZUL ETCHEVERRY
AETCHEVERRYARANDA@GMAIL.COM 

@AZULETCHEVERRY

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