COLUMNA INVITADA

Exhaustos

La mayor parte de las empresas en México se componen de aquellas llamadas micro, pequeñas y medianas empresas. Donde el cumplimiento, de la Ley Federal del Trabajo, es exactamente igual, que las que son grandes corporativos.

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los seres humanos seguimos teniendo un cuerpo biológico, por más que se quiera seguir en un momento dado, es imposible. Se requiere el descanso de forma física y mental. Los últimos 45 años al menos, se ha querido tener más tiempo, en vigilia para poder laborar de forma continua, lo cual desencadenó el uso de las llamadas “drogas inteligentes.” Que consistían en una serie de fármacos que se convirtieron en las drogas favoritas entre los estudiantes y jóvenes profesionales que buscan una forma de mejorar su desempeño. 

Debido a que hemos atentado contra la naturaleza, existe un número creciente de estudiantes y personal trabajador, que está continuamente probando cosas que comprometen su salud, con tal de rendir, más allá de lo posible.

Seguir adelante a pesar del agotamiento, es como manejar cansados. En algún momento pondremos en peligro nuestra vida, o la de alguien más. Pero las exigencias de la vida moderna hacen que superar los límites físicos, no sea solo una situación excepcional, sino la regla.

El trabajo, sin embargo, tiene ciertas horas delimitadas en las que se calcula un rendimiento específico, al no hacerlo se estará frente a un detrimento en dos componentes del trabajo; eficacia y eficiencia. El primero se refiere a la forma de desempeñar correctamente las tareas que una determinada actividad, requiere. El segundo se trata de conseguir los mismos resultados utilizando el tiempo definido en el empleo contratado.

Entre las personas eficaces, hay algunas que destacan además por ser eficientes, es decir, consiguen los mismos resultados utilizando menos tiempo, menos material o disponiendo de un equipo de menos empleados. Así, la eficiencia está vinculada con el rendimiento.

Ahora bien, esto de trabajar sin parar, se da por diversas situaciones. Por ejemplo; en países como el nuestro, muchas de las empresas son pequeñas, por lo tanto, sus trabajadores y empleadores, tienen ganancias limitadas, y dependientes de factores económicos sensibles, como la inflación, escasez de materia prima, competencia con la automatización y poca demanda. 

Conectando lo anterior al esquema laboral mexicano, podríamos decir que existen otras variables, que no hemos puesto sobre la mesa.

Los grandes corporativos tienen plantillas laborales, que ya no aceptan, trabajar más horas extras y posponer sus vacaciones, por un incentivo económico. Estos trabajadores y trabajadoras, piden sus descansos, porque se han dado cuenta que el tiempo es un recurso no renovable. Pero habremos de decir, que en las mismas existe; estabilidad financiera de la empresa, estabilidad laboral, son trabajadores con altas capacidades y prestaciones, lo que muy probablemente hace que sus prestaciones sean superiores a los que marca la Ley Federal del Trabajo. Por ello, en ese tipo de empresas, los empleados tienen la potestad de pedir el descanso cuando lo requieren. Es un tipo de trabajo de calidad, y es donde la evolución de las diversas normatividades, están a la vanguardia. Es claro que en dichas industrias se han detectado formas de evitar cuestiones como el estrés laboral, o el burnout. Lo lamentable es que son la excepción y no la regla.

La mayor parte de las empresas en México se componen de aquellas llamadas micro, pequeñas y medianas empresas. Donde el cumplimiento, de la Ley Federal del Trabajo, es exactamente igual, que las que son grandes corporativos. Es decir, una misma norma regula cualquier tipo de empresa, sin atender, a las necesidades de expansión o economía. Aquí existe un dilema, a pesar de que necesitan subsistir, el cumplimiento se hace puntual, pero resulta cuesta arriba. Si se aumentan vacaciones, igualmente las tienen que proporcionar, también los pagos, beneficios, cuotas obrero - patronales, ante el IMSS. Y aquí deberíamos detenernos.

Por supuesto, que los empleados, merecen prestaciones, pero el trabajar de la mano de los empleadores, es la única forma que poseen, para no perder su empresa. Saben que merecen sus derechos laborales, y no se les niegan, eso es definitivo, pero tomar las vacaciones, puede significar no tener el contrato, y el continuar con sus sueldos es fundamental, porque esas empresas desaparecen fácilmente. La oferta y la demanda, no siempre se dan en tiempos definidos.

Por lo que, hay que hacer cuando hay trabajo, ya sea de construcción, atender comidas en oficinas, servicios de limpieza. Por ello, en general, los empleadores solicitan a sus trabajadores gozar de sus vacaciones, en ciertos momentos, pero no las aceptan, aunque estén exhaustos, porque saben que de eso depende la continuidad de la pequeña empresa y un trabajo con seguridad social.

Lo que se reproduce con aquella pequeña fonda, ferretería, miscelánea, donde el ingreso patronal depende meramente de que no se agrave la inflación, que haya materia prima, que las temporadas festivas, llenen de pedidos a las PyMES. Y una serie de factores, que no son un problema para los grandes corporativos.

Así que existen trabajadores y empleadores de diversos tipos; y la justicia que está sostenida por valores que se construyeron hace miles de años, como el de “tratar igual a los iguales, y desigual a los desiguales.” No está siendo aplicada. Las leyes deben atender, las asimetrías, de forma justa, pero la Ley Federal del Trabajo, se ha olvidado de este principio de derecho, con aquellas micro, pequeñas y medianas empresas, así como de su infraestructura de recursos humanos, que dan empleo formal al 90% de los trabajadores de este país.

Como consecuencia de lo anterior. Para estas empresas deberían existir excepciones impositivas, tanto en hacienda como para el IMSS, lo que garantizaría que el emprendimiento logrará permanencia, y con ella, la sustentabilidad de la mayoría del último bastión de formalidad de este país. Porque a pesar de que estén exhaustos empleados y empleadores; seguirán trabajando. Y así continuará este desequilibrio, donde el 65% de la economía que está dentro del esquema informal, seguirá ganando terreno. Así que, al tener una legislación inoperante para la mayoría de las personas activas, esto determinará la calidad de nuestra vida y sociedad en presente y futuro.

POR SARA MORGAN
CONSULTORA JURÍDICA Y DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB
@MORGANSAREL

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