ORBITANDO

Llegan trabados a la cita presidencial

Se acusa a la gestión de Bolsonaro de malversación, falsificación de documentos públicos y uso irregular de dinero público

OPINIÓN

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Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los ánimos están encendidos, las encuestadoras se apresuran para informar sobre el favorito en la intención de voto y hay amenazas de no reconocer los resultados si son adversos en los próximos comicios presidenciales en Brasil, al puro estilo del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Mañana unos 148 millones de brasileños están habilitados para votar en las presidenciales que se disputan oficialmente 10 aspirantes, pero dos son los que destacan, el actual mandatario, el ultraconservador Jair Bolsonaro, y el expresidente y expreso, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.

Según los sondeos, Lula adelanta en las preferencias con 10%, pero la encuestadora Ipec le da 52% de posibles sufragios, lo que anularía automáticamente una segunda vuelta, programada para el 30 de octubre, y, sin duda, provocaría el rechazo absoluto de Bolsonaro, quien no está dispuesto a reconocer un resultado adverso.

El candidato del Partido Liberal advirtió durante su campaña, incluso cuando asistió a los funerales de la reina Isabel II, de un posible fraude, alegando sin pruebas fallas en el sistema electrónico en Brasil.

Al inicio del mandato del excapitán, se le reconoció como el Trump brasileño por sus posturas ultraderechistas respaldadas por el Ejército –que se hizo cargo de varias carteras–, por los crecientes grupos evangélicos y por los influyentes lobbies de las armas.

Y no podía ser diferente, con el fin de tener una arma el número de brasileños que se han registrado como cazadores, tiradores deportivos y coleccionistas de armas creció casi cinco veces (474%) en cuatro años, hasta llegar a 673 mil 818 en junio, según datos del Ejército.

Sin duda, la pandemia de COVID-19 manchó también la gestión de Bolsonaro, una comisión del Senado publicó un documento con las conclusiones de su investigación sobre los posibles delitos cometidos en su gobierno en esa crisis sanitaria. Brasil tiene la segunda cifra más alta de muertes por coronavirus después de Estados Unidos.

Se acusa a la gestión de Bolsonaro de prevaricación, malversación, falsificación de documentos públicos, uso irregular de dinero público y atentados contra la dignidad del cargo.

Se le señala también, de tener una política poco favorable a la protección de la Amazonía, autorizado una tala y deforestación alarmante, entre agosto de 2020 y julio de 2021, esa zona perdió 13 mil 235 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal.

En el caso de Lula, del Partido de los Trabajadores, su paso por prisión, haya sido culpable o no, provoca que el voto de indecisos (7%) no sienta seguridad por el expresidente, quien fue acusado de recibir sobornos del contratista OAS en forma de reserva y renovación de un departamento en el balneario de São Paulo.

Aunque la propiedad nunca perteneció formalmente a Lula, el Ministerio Público alegó que el trato se disolvió después de que se hiciera público el asunto, y por eso nunca llegó a concretarse.

Lula estuvo preso durante 580 días, pero fue liberado en noviembre de 2019, luego de que la Corte Suprema falló en contra de la detención, tras una condena en segunda instancia. Todo parece listo para su regreso al poder, pero antes de volverse el líder regional como muchos esperan, tendrá mucho trabajo en casa que resolver.  

POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR

ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

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