TRES EN RAYA

El TEC y la esquizofrénica relación de AMLO con los empresarios

Decir que a las empresas en México les va bien porque las que cotizan en la Bolsa han tenido ganancias es tan engañoso como decir que en México no hay covid

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Decir que a las empresas en México les va bien porque las que cotizan en la Bolsa han tenido ganancias es tan engañoso como decir que en México no hay covid porque se han muerto solo unos cientos de miles de personas.

En nuestro país hay más de cuatro millones de empresas, de las cuales solo el 0.2% (7,200) son consideradas grandes o gigantes. De las mismas, solo el 2% cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores; esto es, 144 empresas de un universo de más de 4,000,000 son a las que se refiere el presidente AMLO cuando dice que los empresarios no se pueden quejar. De ese tamaño su insensatez.

Queda claro: cuando López Obrador se refiere a ‘los empresarios’, así en general, no le habla a la totalidad de los que operan en México; desde quienes tienen MIPYMES (micro PYMES), pasando por dueños de PYMES, las de mediano tamaño, hasta llegar a las gigantes. Él solo piensa en esos 144 individuos antes referidos que cotizan en Bolsa; tal vez en unos cuantos más que no requieren o no quieren cotizar en la BMV como Cinépolis, Coppel o Interjet. En todo caso, del total, las empresas que él vislumbra son alrededor de 200, no más.

Un ENORME error de percepción por él cometido. No puede juzgar a 4 millones de empresas en tan disímbolos rubros y tamaños con base en lo que le sucede al 0.00005 de las mismas. Él mismo ya aceptó que la inflación que hay ahora es la más elevada de los últimos 15 años.

Si a lo anterior sumamos un año que azotó a las empresas (empresarios, trabajadores) al estar cerradas en su inmensa mayoría, sin ningún tipo de ayuda del gobierno, productos que sufren los caprichos del narcotráfico (limones y aguacates de Michoacán son un ejemplo), o empresas que tienen que pagar “derecho de piso”, más diferentes “mordidas” que oficialmente no existen, pero se sienten en los bolsillos de los empresarios, sin olvidar el tipo de cambio al alza, es risible el: “les va bien… no se pueden quejar.”

Hace unos cuantos días, López Obrador se reunión con Carlos Salazar Lomelí, presidente del CCE para anunciar formalmente —ya es la tercera vez, un nuevo esquema de inversión privada en proyectos de carácter público— que habrá un plan de infraestructura que se desplegará entre gobierno y empresarios, además de pedirle a los hoteleros apoyo para las rutas de recorrido de su Tren Maya (mil millones de pesos costará el chistecito del nuevo trazo de vías). Eso sin olvidar el pase de charola —o de avión— para que le compraran cachitos de la rifa-no rifa del TP01 hace ya más de dos años.

Esas son algunas de las ocasiones en las que el tabasqueño ha solicitado el apoyo de la iniciativa privada, para acto seguido utilizar el látigo de su desprecio desde la mañanera de nuestro Palacio para fustigar a los empresarios. Esta semana le toco el turno al Tec de Monterrey (grupo empresarial en el ámbito educativo de donde, coincidentemente, es egresado Salazar y de cuyos consejos ha participado muchos años, a la vez que su vida empresarial se desarrolló en la empresa de Don Eugenio, fundador de dicha universidad), a cuyos dueños acusó de despedir maestros a fin de año para no pagarles prestaciones.

Más allá de lo que haga el ITESM, vale la pena resaltar que AMLO en este sentido es absoluto ‘candil de la calle y oscuridad de su casa’. Solo así se entiende que a los maestros del CIDE se les despida por ver a los insurrectos o por señalar las pifias del actual director. Sin olvidar a todos los docentes de las universidades públicas, a quienes les quitó prestaciones, incentivos por desempeño y congeló tanto las plazas como los aumentos de sueldo desde el día uno de su mandato. Ya no hablemos de que en su gobierno se aplican las mismas prácticas de las que acusa (ahí tienen el sector cultural plagado de retrasos en pagos, contratos temporales que no cuentan con prestaciones ni seguridad social ni cotización por antigüedad, etcétera).

Si hay algo ilegal en la actuación del Tec con lo que hace al respecto a la contratación de profesores temporales o de asignatura, que se sigan procedimientos legales y/o administrativos de sanción, pero basta ya de acusaciones sin sustento legal. En la forma de pedir está el dar; la actitud de López Obrador deja mucho que desear al pedir y al dar.

Algunos nos preguntamos por qué teniendo en la 4T a Patricia Armendáriz, quien sabe de empresas, no le comenta a López Obrador lo que viven las mismas y su lucha diaria por sobrevivir y poder vender sus productos. Algo debe de saber donde tiene una SOFIPO y participaba en esquemas de apoyo a distinto tipo de proyectos de inversión empresarial.

La relación de López Obrador con los empresarios no pude oscilar del golpeteo sin razón, a la mentira y la manipulación, y de allí a pedirles apoyo para sus proyectos varios. El juego debe de ser parejo, sin canonjías ni dados cargados, pero tampoco con el azote matinal sin razón. Actuar de esa manera es esquizofrénico y fatal para México proveniendo del ejecutivo de la nación.

POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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