REFLEXIONES CONSTITUCIONALES

Los predestinados y las ilusiones del poder

López Obrador no ha sido lo que esperábamos, sus cambios sólo han sido retóricos, y sus acciones, simbólicas

OPINIÓN

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Alfredo Ríos Camarena / Columna Invitada / Opinión: El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Las imparables ruedas de la Historia han girado con el propósito de que la humanidad encuentre mejores destinos; sus movimientos han sido cuidadosamente estudiados por científicos sociales de la talla de Oswald Spengler, Arnold Toynbee o Carlos Marx, entre otros; sin embargo, se han dado saltos inesperados por la intervención de personajes de todos los signos ideológicos, impulsados por razones religiosas, mágicas, esotéricas, o por una voluntad férrea de ingresar en las páginas de esta bitácora mundial.

Estos personajes se han dado en todas las latitudes, en forma negativa y positiva, su denominador común es que se han creído predestinados y su objetivo ha sido la transformación de la Historia.

En México existen hombres que se han significado por su importante influencia, que han atribuido a esa predestinación que linda en el límite de lo esotérico: Francisco I. Madero es uno de los casos más estudiados y probados, donde las razones de su éxito tuvieron que ver con su credo espiritista que aprendió en su estancia en Francia, como discípulo de Allan Kardec; fueron los espíritus que impulsaron a este generoso y extraordinario personaje los que lo hicieron cambiar el derrotero nacional, al derrumbar –de manera increíble e inesperada— el sólido edificio del Porfiriato, no obstante, para ingresar al panteón de los héroes tuvo que cruzar un cruel martirologio que lo llevó a la muerte, por la conducta vergonzosa de Victoriano Huerta y su patrocinador, el embajador norteamericano, Henry Lane Wilson.

La psicología y la trayectoria de Andrés Manuel López Obrador parece también conducida por influencias mágicas, que lo llevaron de manera increíble –por su terquedad y su lucha electoral— a la Presidencia de la República; sus propuestas de acabar con el régimen neoliberal, de pacificar al país, de distribuir mejor la riqueza y de apoyar a los pobres, atrajeron la simpatía y solidaridad de millones de mexicanos que lo vieron como una esperanza de cambio.

No ha sido lo que esperábamos, sus cambios sólo han sido retóricos y sus acciones simbólicas y populistas; sigue manteniendo la simpatía popular, pero los resultados no han logrado la transformación épica que él pensó; la Cuarta Transformación no ha cambiado nada.

El neoliberalismo como la pandemia, son fenómenos globales y no se puede acabar con ellos sólo con discursos optimistas y utópicos; el combate al crimen no puede resolverse con una doctrina de abrazos y no balazos; el desarrollo económico no puede lograrse sin producción. Por eso, después de su tercer año de gobierno y de la crisis que sufrió con su segundo contagio de coronavirus y con el cateterismo que acaba de realizarse, probablemente lo han hecho reflexionar, y ahora nos habla de un “testamento político”; lo que pretende el presidente es pasar a la historia. Es un hombre idealista y de conducta personal intachable, pero no ha podido vertebrar sus actos de gobierno con los principios paradigmáticos que lo hacen soñar con una Cuarta Transformación de la dimensión de la Independencia, la Reforma y la Revolución.

Le falta poco tiempo, ojalá en su pensamiento íntimo logre cambiar sus políticas públicas, no en cuanto lo ideológico, sino frente a resultados que realmente hagan avanzar al país; de otra suerte, su testamento sólo será un legado incompleto, ineficaz y poco estructurado, desde el punto de vista de la ciencia social y de la filosofía política. 

Esperemos que el presidente no se convierta en un predicador en el desierto, que nos deje un balance más negativo que positivo. No nos olvidemos que la Constitución General de la República es el único sendero que nos permite consolidar la democracia y la equidad social.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM
PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)
VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA

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