UMBRAL

Era cosa de echarle ganas

En la refinería, como lo advertimos muchos desde un inicio, los tiempos y costos que prometió el Presidente siempre fueron una fantasía

OPINIÓN

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Jorge Andrés Castañeda / Umbral / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Este gobierno nos ha dicho desde la campaña que con voluntad política todo se puede. Si en algo ha destacado este voluntarismo es en la construcción de sus grandes obras insignia. Es cosa de que el Presidente quiera y ordene, le echáramos ganas y habría aeropuerto, refinería y tren. Sí, en marzo el Presidente inaugurará el AIFA en la antigua base de Santa Lucía. No sabremos cuánto nos costó cancelar el otro ni cuánto costó reconvertir éste, pero bueno, habrá aeropuerto. No importa que, aunque se supone que es un aeropuerto militar reconvertido en uno comercial, arrancará con seis vuelos civiles y 50 vuelos militares, ni que a la fecha —a dos meses de su inauguración— ninguna línea internacional haya anunciado vuelos. Tampoco que, por lo menos este año, la gran mayoría de los habitantes del Valle de México no tenemos cómo llegar a él. Pero bueno, se le echó ganas y hay aeropuerto.

En la refinería, como lo advertimos muchos desde un inicio, los tiempos y costos que prometió el Presidente siempre fueron una fantasía. La semana pasada, Bloomberg reportó que el costo de la refinería ya va en 12,500 millones de dólares, 50% más de lo que nos prometieron al inicio. En cuanto a tiempos, diversos expertos, citados por la misma publicación, estiman que la refinería no estará procesando crudo sino hasta 2025.

En los videos presentados (porque no hay información oficial del avance por cómo fue catalogado en el presupuesto) no se ve ningún avance en la infraestructura necesaria para traer el crudo que será procesado ni del requerido para sacar la gasolina a donde está la demanda, por lo que los costos probablemente seguirán subiendo. El Presidente prometió inaugurar la refinería en junio, pero más allá de un edificio de oficinas y unos tanques de almacenamiento no queda claro qué se podría inaugurar. Eso sí, le echamos muchas ganas a la promesa del Presidente y compramos una refinería en Texas.

Es más, tantas ganas que ahora Houston, según el presidente del Sistema Público de Radiodifusión, está frente a Tuxpan, aunque el mapa dice que está a 1,000 Km. Pero donde más ganas le echamos fue al Tren Maya. Bueno, Rogelio Ramírez Pons no le echó suficientes ganas según el Presidente y por eso fue remplazado. Por eso, no importa talar 20 mil árboles, cambiar el trazado tres años después de haber iniciado el proyecto y que el tren no va a Campeche ni a Mérida.

De nuevo, sí habrá una inauguración. Pero será de la parte donde ya había vías y sólo se cambiaron las vías de hace 100 años por unas nuevas. Enhorabuena, se podrá ir de Palenque a Escárcega, y de ahí a las afueras de Mérida sin poder entrar a ninguna de las grandes ciudades de la península por la módica suma de 200 mil millones de pesos.

Lo que empezamos a ver no es más que el resultado de ese voluntarismo que cree que todo lo puede con tal de echarle ganas y que va mucho más allá de estas obras insignia. Las consecuencias se empiezan a ver en muchos ámbitos más del Estado y en algún momento habrá que pagar las facturas.

POR JORGE ANDRÉS CASTAÑEDA
COLABORADOR
@JORGEACAST

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